CONFERENCIA EUROMEDITERRÁNEA

37 comensales en torno a la Taula Imperial

Eran 37 los comensales que anoche cenaban en torno a la Taula Imperial. Nunca en los seis siglos de. historia del gótico Palau de la Generalitat esa mesa imperial había hecho tanto honor a su nombre.Presidía el ágape el anfitrión, Jordi Pujol, que tenía enfrente a Javier Solana. Le flanqueaban el palestino Yasir Arafat, el alemán Klaus Kinkel, el marroquí Abdelatif Filali, el francés Hervé de Charette y en una y otra dirección una larga lista de ministros y dirigentes de la Unión Europea y los países de la ribera meridional del Mediterráneo. Por medios diplomáticos, Barcelona recuperaba ese lu...

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Eran 37 los comensales que anoche cenaban en torno a la Taula Imperial. Nunca en los seis siglos de. historia del gótico Palau de la Generalitat esa mesa imperial había hecho tanto honor a su nombre.Presidía el ágape el anfitrión, Jordi Pujol, que tenía enfrente a Javier Solana. Le flanqueaban el palestino Yasir Arafat, el alemán Klaus Kinkel, el marroquí Abdelatif Filali, el francés Hervé de Charette y en una y otra dirección una larga lista de ministros y dirigentes de la Unión Europea y los países de la ribera meridional del Mediterráneo. Por medios diplomáticos, Barcelona recuperaba ese lugar de privilegio en el Mare Nostrum que le habían otorgado en la Edad Media sus guerreros y mercaderes. "Pese a las muchas diferencias culturales y religiosas, económicas y sociales que hay entre nosotros", dijo Pujol, "lo cierto es que fórmamos parte de un mismo mundo".

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Gastronómicamente, ese mundo estaba representado por un menú compuesto por pasta fresca con trufa al vinagre de Módena, cabrito deshuesado con patatas, quesos artesanos y pastel de chocolate con crema inglesa, todo ello regado con cabernet sauvignon, cava y agua mineral catalanes., Lingüísticamente, por un concierto de Voces en catalán, castellano, francés, inglés, árabe, alemán y griego. Musicalmente, por una orquesta de cuerda. Tratándose del Mediterráneo, el retraso casi era de rigor. La cena comenzó tres cuartos de hora tarde.

Propuso Pujol "la mutua comprensión el respeto y la solidaridad" como herramientas espirituales para superar las diferencias entre el Norte y el Sur: estancamiento demográfico frente a explosión demográfica,riqueza frente a pobreza, laicismo frente a visión religiosa, cerrazón frente a pulsiones migratorias.. "¿Qué es la comprensión?", se preguntó. "Es", respondió, "ponerse en la piel del otro". Llamó entonces la atención sobre el hecho de que uno de los cuadros de la sala donde se celebraba la cena representa la batalla de Lepanto. Todo eI mundo sonrió.

"El actual Gobierno de la Generalitat", dijo, "seguramente habría encontrado otro tema, pero tiene cierta lógica que ¿se cuadro siga ahí, porque esa batalla forma parte de nuestra historia. De la misma manera que las victorias de Saladino forman parte de la historia del mundo, 'árabe y musulmán".

Pero como se trata de abrir un nuevo capítulo, Pujol subrayé que los problemas de la ribera sur "la peligrosísima combinación de subdesarrollo y explosión demográfica", "no tienen espera". Y para reiterar el espíritu con el que hay que abordar su solución dijo que en la verja de orfebrería de la puerta del salón donde se desarrollaba, el ágape hay una inscripción que dice: "Pax Domini Nobiscum". Que la paz del Señor esté con nosotros.

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