Aznar ve a España condenada a la 'segunda velocidad' europea si no cambia de Gobierno

José María Aznar reafirmó ayer solemnemente su compromiso europeo en presencia de algunos de los principales líderes del Partido Popular Europeo (PPE), pero aseguró que España está condenada a quedarse en el pelotón de los países de segunda velocidad si no rectifica la política del Gobierno socialista. En un mitin celebrado en Madrid, Aznar recibió el apoyo caluroso de mandatarios de la UE. El canciller alemán, Helmut Kohl, se había excusado por enfermedad, pero envió a su ministro de Defensa, Volker Rühe, que saludó al líder del PP como "el próximo presidente del Gobierno de España".

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José María Aznar reafirmó ayer solemnemente su compromiso europeo en presencia de algunos de los principales líderes del Partido Popular Europeo (PPE), pero aseguró que España está condenada a quedarse en el pelotón de los países de segunda velocidad si no rectifica la política del Gobierno socialista. En un mitin celebrado en Madrid, Aznar recibió el apoyo caluroso de mandatarios de la UE. El canciller alemán, Helmut Kohl, se había excusado por enfermedad, pero envió a su ministro de Defensa, Volker Rühe, que saludó al líder del PP como "el próximo presidente del Gobierno de España".

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La de Kohl no fue la única baja. El primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, también se excusó a última hora por la necesidad de viajar a Jerusalén para los funerales de Isaac Rabin. Si asistieron el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, y los primeros ministros de Irlanda, John Bruton, y Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.Más de 4.000 personas abarrotaron el pabellón de deportes del Real Madrid, en una combinación de fiesta europeísta, mitin preelectoral y espectáculo audiovisual, a los sones de la sintonía electoral del PP y de la novena sinfonía de Beethoven. El primer protagonista fue Rabin, en cuya memoria el público guardó un minuto dé silencio mientras en una pantalla gigante se proyectaba su fotografía.

Aznar ratificó ante sus invitados y los delegados del congreso del PPE el compromiso de su partido con el proceso de integración europea, "que ha proporcionado a Europa occidental en los últimos 40 años la paz, libertad y prosperidad de que nunca antes había disfrutado".

El proyecto europeo, agregó, debe encarar los problemas reales. "No hay política sin sentido social y sin solidaridad", dijo, y prometió que si gana las elecciones luchará contra el desempleo, en particular entre los jóvenes.

El presidente del PP relacionó las posibilidades europeas de España con la necesidad de un cambio de Gobierno y de política. Porque España "no puede quedar en la segunda de las velocidades en la construcción de la unidad europea, como está condenada a quedarse, aseguró, "sin una resuelta rectificación del rumbo de nuestras políticas internas". Aznar aseguró que cuando gobierne conseguirá que España cumpla las condiciones de la convergencia con la Unión Europea y la llevará a la primera velocidad" del proceso de integración.

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Siguió en clave interna al declarar entre aplausos que Europa es para los populares "ocasión para desarrollar plenamente las enormes capacidades del pueblo español y no pretexto para trasladar la responsabilidad de los errores de quien tiene la tarea de gobernar". La alusión a lo que el líder del PP interpreta que es la actitud del jefe del Gobierno, Felipe González, era evidente.

Tuvo palabras de recuerdo para Rabin y evocó el encuentro que mantuvieron ambos en Jerusalén en abril pasado y la conversación telefónica con el primer ministro de Israel tras el frustrado atentado de ETA que sufrió después. "Tuvo menos suerte que yo", indicó, "pero queda el recuerdo de su lucha por la paz". Aznar indicó que los terroristas, "sean quienes sean, estén donde estén, no deben tener tregua ni cuartel".

Ofrecimiento irlandés

Desfilaron por el escenario. Santer, Juncker, el ex primer ministro belga y presidente del PPE, Wilfried Martens; Rühe, el ministro de Defensa alemán, que representó a Kohl; Bruton y Aznar, por este orden. Con la excepción del primer ministro de Luxemburgo, que no hizo alusión al PP ni a su presidente, todos los invitados manifestaron su apoyo político al anfitrión.

El más entusiasta fue Bruton. Aunque menudearon las condenas del nacionalismo como origen del enfrentamiento y las guerras, la encargada de presentar al primer ministro irlandés, la diputada Loyola de Palacio, se refirió a su condición de líder de un partido, el Fine Gael, que tuvo "un papel heroico" en la lucha por la independencia irlandesa.

Bruton recordó que Irlanda ha afrontado "la política de las bombas" y ahora "tiende puentes de reconciliación". "Sé que, Aznar hará lo mismo en España", agregó. "Ha visto la cara del terrorismo de la forma más próxima posible y demostró valor. Le saludo por su valor", continuó en español, antes de ofrecerle la ayuda y la experiencia irlandesa cuando llegue el momento.

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