EE UU quiere estrechar la cooperación con sus socios del G-7 para asegurar un crecimiento sostenido

ENVIADA ESPECIALA excepción de Japón, que tiene dificultades para salir de la crisis, el Grupo de los Siete países más ricos del mundo (G-7) están satisfechos con la marcha de sus respectivas economías. Para asegurarse que el crecimiento se mantiene estable y sin presiones inflacionistas, como hasta ahora, Estados Unidos propondrá a sus socios (Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) en la reunión que celebran hoy en Washington una mayor cooperación de sus políticas económicas que evite turbulencias en los mercados y desequilibrios en el tipo de cambio del dólar con el marc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

ENVIADA ESPECIALA excepción de Japón, que tiene dificultades para salir de la crisis, el Grupo de los Siete países más ricos del mundo (G-7) están satisfechos con la marcha de sus respectivas economías. Para asegurarse que el crecimiento se mantiene estable y sin presiones inflacionistas, como hasta ahora, Estados Unidos propondrá a sus socios (Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) en la reunión que celebran hoy en Washington una mayor cooperación de sus políticas económicas que evite turbulencias en los mercados y desequilibrios en el tipo de cambio del dólar con el marco y el yen.

El éxito en la lucha contra la inflación, cuyo precio ha sido un ligero freno en el ritmo de crecimiento, la apreciación del dólar frente al marco y el yen, y la reducción, aunque aún lenta, de los déficit públicos de la mayoría de los países del G-7 son datos esperanzadores que contrastan con la inestabilidad que precedió la última reunión de este grupo, el pasado mes de abril. Entonces había fuertes temores a que repuntase la inflación, el dólar se había depreciado a niveles mínimos históricos con el yen y el marco, las divisas europeas más vulnerables sufrían fuertes presiones en los mercados y la crisis de México estaba aún por resolver. Japón, cuya economía sigue sin salir de la peor crisis desde la II Guerra Mundial, continúa siendo el gran interrogante.

"Desde que nos reunimos en abril, ha habido varios datos muy positivos", señaló ayer en conferencia de prensa el secretario del Tesoro estadounidense, Robert Rubin. "Las condiciones económicas han mejorado", aseguró. El responsable da la política económica estadounidense reiteró su deseo de estrechar la cooperación con sus socios para fortalecer al dólar. Desde la pasada primavera y gracias, en parte, a algunas intervenciones concertadas de EEUU, Japón y Alemania, la moneda estadounidense se ha apreciado cerca de un 20% con el yen y un 9% con el marco. El dólar, que en las últimas semanas había sufrido presiones por la publicación de datos negativos de su déficit comercial, se ha mantenido estable estos días en espera de la reunión del G-7.

La apreciación del dólar debe ayudar a la economía japonesa, cuya industria exportadora ha sufrido duramente la subida imparable que venía registrando el yen frente a la divisa estadounidense desde hace casi dos años. Para Alemania, por las mismas razones, también son buenas noticias.

El G-7 debatirá la crisis de Japón. Rubin dijo que el Gobierno nipón debería tomar medidas adicionales para sacar a su economía de la recesión, al margen de la reciente bajada de los tipos de interés a un mínimo histórico del 0,5% y el nuevo plan de estímulo, cuantificado en cerca de 14 billones de yenes.

Los países más ricos, que forman parte del G-10 junto a Suiza, Suecia, Holanda y Bélgica, debatirán también la propuesta para crear un fondo paralelo al Acuerdo General de Préstamos, un sistema de financiación al que contribuyen los citados países desde 1962 para ayudar al Fondo Monetario Internacional en casos de emergencia como el de la crisis financiera de México.

Archivado En