TEATRO

La directora de Presas Yeses, medalla al Mérito Penitenciario

No tiene nada que ver con el perfil tradicional de una funcionaria de prisiones. Por eso, lo primero que pensó Elena Cánovas cuando la designaron para la medalla al Mérito Penitenciario que le concede hoy Asuntos Penitenciarios era que se trataba de una broma. "Yo no cuadraba bien como funcionaria, no me abrochaba bien el uniforme, tocaba la guitarra, me reía mucho con las presas", cuenta Cánovas refiriéndose a sus principios. El caso es que Elena Cánovas, además de funcionaria de prisiones es la directora y creadora del grupo de teatro Yeses, formado por reclusas de la cárcel de mujeres d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

No tiene nada que ver con el perfil tradicional de una funcionaria de prisiones. Por eso, lo primero que pensó Elena Cánovas cuando la designaron para la medalla al Mérito Penitenciario que le concede hoy Asuntos Penitenciarios era que se trataba de una broma. "Yo no cuadraba bien como funcionaria, no me abrochaba bien el uniforme, tocaba la guitarra, me reía mucho con las presas", cuenta Cánovas refiriéndose a sus principios. El caso es que Elena Cánovas, además de funcionaria de prisiones es la directora y creadora del grupo de teatro Yeses, formado por reclusas de la cárcel de mujeres de Carabanchel, al que ahora se han unido actores profesionales. Su labor al frente de esta compañía de teatro, con 30 montajes y varios premios en sus diez años de vida, le ha valido esta condecoración que ella califica como "arriesgada", "tanto como la idea de destinar a una funcionaria a enseñar teatro a las presas", dice.Siendo funcionaria de prisiones, Cánovas decidió ingresar en la Escuela de Arte Dramático. Luego consiguió instaurar las clases de teatro en la prisión. Más tarde logró que se permitiera salir a las reclusas para actuar fuera de la cárcel -"tenían que ir esposadas", recuerda la funcionaria-. Para ella, el teatro en la cárcel es una actividad para la reinserción social. Como cualquier otra. Con bastante ironía, Cánovas dice que montó el grupo de teatro para liberarse de la función de llaves y control, y porque se sentía mucho más útil en esta actividad.

El primer y único requisito que exige a las reclusas que quieren ingresar en su grupo es "que quieran hacer teatro". "Me da igual la razón por la que estén en la cárcel", asegura. Dice también que es un cuento de hadas pensar que sus alumnas se vayan a convertir en chicas Almodóvar. "Pero, por lo menos, el tiempo que pasan en la cárcel es un tiempo de evasión, aunque entre rejas. Lo más importante es que el teatro sea un balón de oxígeno en la cárcel. Al ser una labor en grupo, ayuda a convivir, a tolerarse y a respetar el trabajo. El teatro en la cárcel me parece una terapia perfecta", dice Cánovas.

"La medalla ha sido también a lo cabezona que he sido", comenta Cánovas, a quien ahora le preocupa no seguir con Mercedes Belaustegui como directora de la cárcel de mujeres de Carabanchel, que tan bien comprende esta actividad, y tener que volver a los servicios típicos de los funcionarios. Por eso, esta medalla significa mucho. "Es el reconocimiento de las altas instancias para asegurar la continuidad del grupo. Creo que esta medalla puede servir para eso", señala Cánovas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En