Cartas al director

PSV, desesperación

Soy una cooperativista de PSV Valdebernardo-VPT que siente desesperación y crispación por la falta de soluciones y el falso reflejo que la opinión pública tiene de nuestro problema..Después de la estafa y los dos años de lucha, el Gobierno crea una sociedad estatal para construir nuestras viviendas. El problema parece solucionado, pero no es así. SEGISA surge para salvar de la quema a UGT, IGS y UNIAL, aparentar que se resuelve el problema y lucrarse a costa de los cooperativistas, puesto que os cobran tres millónes más de lo firmado en el contrato con PSV; nos obligan a asumir una derrama por...

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Soy una cooperativista de PSV Valdebernardo-VPT que siente desesperación y crispación por la falta de soluciones y el falso reflejo que la opinión pública tiene de nuestro problema..Después de la estafa y los dos años de lucha, el Gobierno crea una sociedad estatal para construir nuestras viviendas. El problema parece solucionado, pero no es así. SEGISA surge para salvar de la quema a UGT, IGS y UNIAL, aparentar que se resuelve el problema y lucrarse a costa de los cooperativistas, puesto que os cobran tres millónes más de lo firmado en el contrato con PSV; nos obligan a asumir una derrama por orden judicial, nos exigen renunciar a las indemnizaciones de la querella; nos obligan a comprar conjuntamente vívienda y garaje (al precio de casi tres millones el garaje, con la excusa de que es precio libre). Si no aceptamos estas abusivas condiciones, causamos baja obligatoria en la cooperativa y pasamos al convenio de acreedores, donde perderíamos un 40% o 50% de lo aportado (sin hablar de intereses perdidos hasta la fecha) y no se tiene ninguna seguridad de cobrarlo ni se dice cuándo.

Ésta es la solución. Nosotros pagamos todo: la vivienda, la derrama, la deuda de PSV... ¿Qué pagan ellos, los verdaderos culpables? Ni siquiera el desprestigio del sindicato ni la vergüenza pública, incluso Carlos Sotos ya está en la calle.. Así resuelve el Estado su problema, no nuestro problema: meten en una encrucijada a los cooperativistas de VPT-Valdebernardo, cuyo único delito es haberse fiado de la obra social de un "sindicato de obreros", después fiarse de la justicia y, por último, de la intervención del Estado en su labor de responsable, subsidiario. Así nos vemos: sin piso, sin dinero, sin reconocimiento social, sin justicia y sin derecho a protestar. Si las viviendas se hacen algún día, habrá sido a costa de nuestra lucha, sudor, desesperación y, sobre todo..., nuestro dinero.-

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