TEATRO

Vecinos de Lavapiés se oponen al derribo del Olimpia

Los vecinos afectados por los nuevos designios que el futuro Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) prevé para el teatro Olimpia se oponen al proyecto. La razón es sencilla: sus casas quedarían demolidas.El Ayuntamiento contempla derribar el centenario teatro Olimpia (ubicado en la plaza de Lavapiés), los locales comerciales contiguos y los inmuebles residenciales 54, 56 y 58 de la calle del Salitre para "reconfigurar el extremo sur de la plaza de Lavapiés", según reza el plan de urbanismo (véase EL PAíS de ayer). Tras la demolición, el municipio construiría un nuevo teatro de may...

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Los vecinos afectados por los nuevos designios que el futuro Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) prevé para el teatro Olimpia se oponen al proyecto. La razón es sencilla: sus casas quedarían demolidas.El Ayuntamiento contempla derribar el centenario teatro Olimpia (ubicado en la plaza de Lavapiés), los locales comerciales contiguos y los inmuebles residenciales 54, 56 y 58 de la calle del Salitre para "reconfigurar el extremo sur de la plaza de Lavapiés", según reza el plan de urbanismo (véase EL PAíS de ayer). Tras la demolición, el municipio construiría un nuevo teatro de mayor tamaño, de unos 2.700 metros cuadrados.

Ni los vecinos a los que afectarían los derribos ni la gerencia del teatro han recibido aún comunicación oficial alguna por parte del Ayuntamiento. Los tres inmuebles que el municipio planea demoler son el hogar de más de cincuenta familias. La media de edad de los inquilinos ronda los 70 años. Nunca han abandonado sus casas, en las que muchos han nacido, y la mayoría no está dispuesta a hacerlo ahora. "A mí es que si me sacan de mi casa me da un giro la sangre y me da un mal". Modesto Arias, que lleva viviendo 50 de sus 77 años en el número 56 de Lavapiés, confesaba ayer que no duerme, preocupado por el futuro de su piso. Le da igual que le indemnicen. Simplemente no quiere irse. "Todos los vecinos vamos a protestar", asegura. Pilar Cántara, que nació hace 70 años en el 54 de Salitre, está desolada, pero reconoce que no ha intentado presentar ningún tipo de alegación al plan de urbanismo. "Es que estoy muy vieja", cuenta, "y me lío con tanto papel".

Sin embargo, no hay unanimidad entre los vecinos. Emilio Quiroga, de 62 años, vive en el 58 de Salitre y dice que no deja que los sentimientos le traicionen. Está muy apegado al vecindario, pero está dispuesto a negociar si le ofrecen un piso mejor que el que tiene. Pocos afectados dedican una palabra al teatro Olimpia. El edificio, presente en su infancia primero como caballerizas y después como cine, está, según coinciden, "muy viejo".

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