Tribuna:

Estabilidad

Los máximos ajenos -ayer Wall Street superó con facilidad el nivel del 4.600 en las primeras horas de sesión- le sientan bien al mercado español, aunque la única ventaja que saca de ellos es una apariencia de consolidación de precios. Los inversores continúan sin asumir riesgos en una Bolsa que aún está por definir su trayectoria futura y que también está a punto de cruzarse con la directriz bajista. El hecho de que las cotizaciones se encuentren en zona de nadie y sin expectativas concretas convierte al mercado español en un producto delicado que explica por sí mismo las reticencias de los in...

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Los máximos ajenos -ayer Wall Street superó con facilidad el nivel del 4.600 en las primeras horas de sesión- le sientan bien al mercado español, aunque la única ventaja que saca de ellos es una apariencia de consolidación de precios. Los inversores continúan sin asumir riesgos en una Bolsa que aún está por definir su trayectoria futura y que también está a punto de cruzarse con la directriz bajista. El hecho de que las cotizaciones se encuentren en zona de nadie y sin expectativas concretas convierte al mercado español en un producto delicado que explica por sí mismo las reticencias de los inversores a tomar posiciones. No obstante, ayer un solo intermediario compró casi 5.000 millones de pesetas en este mercado, casi la cuarta parte del total negociado.Al cierre se mantenía el avance de Wall Street, que situó a su principal índice en el 4.615,23 ante el convencimiento de los inversores de que la Reserva Federal no tocará los tipos de interés al menos hasta la siguiente reunión del Comité del Mercado Abierto. La peseta se mantuvo estable y el mercado de deuda continuó recuperando posiciones, al tiempo que el índice de Madrid ganaba un 0,14% y el Ibex 35 el 0,16%.

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