El latigazo final

Desde el principio se preveía que la etapa al ser muy corta iba a ser rápida. Ya en el recorrido neutralizado la gente iba nerviosa y deprisa. Pero luego no ha sido tanto como se esperaba. 0 eso creía yo cuando iba en el centro del pelotón. Allí no te enteras de la velocidad, pero cuando sales a un lateral para pasar a la cabeza ves que se va rápido y que te cuesta llegar arriba.Nuestro compañero Gerard Rué, que es de la zona, nos había contado que a falta de 10 kilómetros había una cota dura, así que nos fuimos el equipo delante y estuvimos atentos para que no nos pillara ningún corte por sor...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde el principio se preveía que la etapa al ser muy corta iba a ser rápida. Ya en el recorrido neutralizado la gente iba nerviosa y deprisa. Pero luego no ha sido tanto como se esperaba. 0 eso creía yo cuando iba en el centro del pelotón. Allí no te enteras de la velocidad, pero cuando sales a un lateral para pasar a la cabeza ves que se va rápido y que te cuesta llegar arriba.Nuestro compañero Gerard Rué, que es de la zona, nos había contado que a falta de 10 kilómetros había una cota dura, así que nos fuimos el equipo delante y estuvimos atentos para que no nos pillara ningún corte por sorpresa. Después, enseguida se han puesto a controlar los equipos con sprinter. Ésos han sido los kilómetros más peligrosos, como se ha visto por la caída de Jalabert y Nelissen, esquivándonos en las curvas de las calles de Le Havre y andando atentos. Todos intentamos ir por delante, pero nos es muy difícil meternos entre los 50 primeros.

Más información

Ha habido un buen latigazo a falta de dos kilómetros, justo cuando la caída. Quieras que no, separa el grupo, pero los de delante siguen a toda velocidad y los que vamos detrás tenemos que arrancar de nuevo y ponernos en marcha. Entonces, el pelotón se enfila de uno en uno. Es cuando más sufro para no descolgarme. Voy al límite y me cuesta encontrar la estela de los demás. Entonces noto lo que significa un cuerpo menudo frente a los gigantescos rodadores.

Terminada la etapa nos hemos enterado del accidente de Luis Pérez, que fue compañero mío en el Festina varios años. La amistad que nos une es grande y su familia y mis padres se llevan muy bien porque vivimos por la misma zona. Lo primero que he hecho ha sido intentar saber por los de la radio cómo se encontraba. Menos mal que me han dicho que fuera de peligro. Ahora, a ver si hablo con su familia. Afectar, claro que afecta la situación, pero ya se sabe como es esto. Hace poco habíamos entrenado los dos juntos. Él estaba con mucha ilusión y la moral muy alta porque ya se había recuperado de una lesión de rodilla y veía que iba a estar muy fresco para hacer una buena vuelta. Pero bueno, ya se recuperará. Luisillo es duro.Ramontxu González Arrieta corre el Tour con Banesto.

Archivado En