La juez cierra el caso del enfermo que murió quemado en el Clínico

La juez María Jesús Coronado ha decidido sobreseer el caso del enfermo de sida que murió abrasado en la madrugada del pasado 29 de diciembre, tras declararse un incendio en su habitación en el hospital Clínico. Según declaró una testigo en su día, nadie acudió a auxiliar al enfermo, que se hallaba atado a la cama por "prescripción facultativa" hasta media hora después de que empezaron a escucharse las primeras peticiones de auxilio.En su resolución, que tiene fecha del pasado 13 de junio, la magistrada da un varapalo al hospital por la tardanza en auxiliar a un enfermo encerrado en una habitac...

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La juez María Jesús Coronado ha decidido sobreseer el caso del enfermo de sida que murió abrasado en la madrugada del pasado 29 de diciembre, tras declararse un incendio en su habitación en el hospital Clínico. Según declaró una testigo en su día, nadie acudió a auxiliar al enfermo, que se hallaba atado a la cama por "prescripción facultativa" hasta media hora después de que empezaron a escucharse las primeras peticiones de auxilio.En su resolución, que tiene fecha del pasado 13 de junio, la magistrada da un varapalo al hospital por la tardanza en auxiliar a un enfermo encerrado en una habitación y presa de las llamas, pero entiende que no cabe culpar a nadie en concreto.

La familia de la víctima ha presentado un recurso ante la propia magistrada, susceptible de ser elevado ante la Audiencia de Madrid, en el que se opone al sobreseimiento de las pesquisas. El abogado de la familia, César Millán, argumenta que existió una negligencia profesional grave, ya que el enfermo, atado a la cama, fue pasto del humo y las llamas durante media hora sin que nadie le atendiese.

Millán considera "básico" que la juez Coronado cite a declarar a María Teresa Santamaría. Esta mujer, que estaba hospitalizada en una habitación contigua a la de Ruano el día en que se produjo el incendio, oyó a la víctima pedir auxilio a gritos. La juez, sin embargo, no ha considerado oportuno citar a la testigo en las diligencias previas.

La familia de Ruano cree además que la negligencia profesional existió, puesto que tardaron en asistirle 30 minutos cuando Ruano sufría ya quemaduras de primer y segundo grado en más del 80% su cuerpo.

La enfermera que estaba de guardia declaró a la juez que esa noche estaba sola y que tenía 21 enfermos a su cargo. La familia, que reclama una indemnización de 15 millones de pesetas por los ano morales provocados, entiende que la falta de personal para atender a los enfermos es responsabilidad del hospital y que no cabe argumentarla como excusa.

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