Música y bebida: boda de conveniencia

Copas y ritmo. La música y las firmas comerciales suben este verano al altar para celebrar una boda de conveniencia: el patrocinio. Esta unión tiene las arras del interés. Para las empresas -sobre todo de refrescos o bebidas alcohólicas-, el asistente a los conciertos es su cliente tipo. A ello se añaden las crecientes restricciones a la publicidad de alcohol en otros medios.Los promotores de las citas musicales, por su parte, buscan en las marcas el apoyo económico que les facilita la aventura, sobre todo cuando corren malos vientos para los macroconciertos: cada vez les resulta más difíc...

Copas y ritmo. La música y las firmas comerciales suben este verano al altar para celebrar una boda de conveniencia: el patrocinio. Esta unión tiene las arras del interés. Para las empresas -sobre todo de refrescos o bebidas alcohólicas-, el asistente a los conciertos es su cliente tipo. A ello se añaden las crecientes restricciones a la publicidad de alcohol en otros medios.Los promotores de las citas musicales, por su parte, buscan en las marcas el apoyo económico que les facilita la aventura, sobre todo cuando corren malos vientos para los macroconciertos: cada vez les resulta más difícil llenar grandes aforos. No obstante, estos impulsores aseguran que el sostén del patrocinio ha empezado a escasear: parte de las actuaciones previstas para este verano no ha encontrado apoyo comercial.

"Falta patrocinio. Las marcas tienen el grifo cerrado", asegura Eduadro Möller, de Gay and Company, la firma que promueve el concierto -sin apoyo publicitario- del grupo Page and Plant. "El mecenazgo está ahora más difícil de pelar", coinciden en otra promotora, R. L. Management. Esta firma no ha logrado aportación publicitaria para el concierto del colombiano Carlos Vives. "La crisis económica llega hasta aquí. Este año es más difícil conseguir patrocinio que el pasado", añade otro promotor que pide anonimato. También hay artistas que no lo admiten, como Juan Perro.

La falta de mecenazgos complica las cosas, reconoce uno de los promotores que sí ha logrado un fuerte apoyo, Javier Estrella. Es uno de los responsables del Johnnie Music Festival, patrocinado por el whisky Johnnie Walker: 14 conciertos de ritmos tropicales desde el próximo miércoles hasta finales de julio. Es la primera vez que este festival, que costará unos 70 millones de pesetas, se celebra fuera de Los Veranos de la Villa, que impulsa el Ayuntamiento de Madrid.

El pesimismo de buena parte de los promotores privados de conciertos contrasta con el relativo optimismo del responsable municipal de Los Veranos de la Villa, Ignacio González. "Creo que el patrocinio no es más difícil este año", apunta. La marca de whisky Dyc, por ejemplo, colaboró en las pasadas fiestas de San Isidro.

Conde Duque, sin programa

El Ayuntamiento no se queja de los mecenazgos, pero, en cambio, ha encontrado otros problemas para cerrar la programación de las citas veraniegas, auspiciadas con 78 millones de pesetas. Aún no está definido el cartel que se ofrecerá en el cuartel de Conde Duque.Se presentaron cinco ofertas para hacerse cargo de esta programación, sobre todo musical. Pero ninguno de los aspirantes ofrecía la instalación de la infraestructura necesaria (gradas, escenario, etcétera). Finalmente, el municipio se ha encargado de estos montajes y negocia la programación con los promotores.

Lo que sí está ya definido es el programa de otros espacios clásicos: teatro (sobre todo piezas de Shakespeare) en la Muralla Árabe, zarzuela y género chico en La Corrala, títeres en el Retiro, cine en La Bombilla. El séptimo arte contará con el patrocinio de una marca de cerveza.

Cervezas, licores. Refrescos también. Una de las firmas más clásicas del mundo de la burbuja, Coca-Cola, se suma al patrocinio de ritmos, pero se centra en los grupos noveles. "Apoyamos la música como expresión de juventud, que es nuestro mercado principal", explica en la firma Fernando Scarpa. "Se mira más a quién se patrocina", concluye Marcos Calvo, al frente de la campaña musical de Larios.