El Gobierno acepta una cumbre urgente para recomponer el consenso político sobre Bosnia

Los ministros de Exteriores y de Defensa, Javier Solana y Julián García Vargas, aceptaron ayer en el Congreso la petición de Izquierda Unida de que se celebre unareunión urgente, a puerta cerrada, con los máximos líderes de la oposición para consensuar la política española en la guerra de los Balcanes. La última cumbre de este tipo tuvo lugar en mayo de 1993, poco despuésde que España sufriera sus primeras bajas mortales en Bosnia, cuando Felipe González recibió en La Moncloa a los portavoces de todos los grupos parlamentarios, salvo José María Aznar, que le dio plantón.

Desde entonces,...

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Los ministros de Exteriores y de Defensa, Javier Solana y Julián García Vargas, aceptaron ayer en el Congreso la petición de Izquierda Unida de que se celebre unareunión urgente, a puerta cerrada, con los máximos líderes de la oposición para consensuar la política española en la guerra de los Balcanes. La última cumbre de este tipo tuvo lugar en mayo de 1993, poco despuésde que España sufriera sus primeras bajas mortales en Bosnia, cuando Felipe González recibió en La Moncloa a los portavoces de todos los grupos parlamentarios, salvo José María Aznar, que le dio plantón.

Desde entonces, los cascos azules han aumentado en casi un 50%, pasando de 980 a 1.400, la lista de muertos suma ya 16 nombres, militares españoles han sido tomados como rehenes y cazas F-18 han participado, por vez primera, en acciones de castigo contra posiciones serbias. El consenso, si no roto, sí se ha visto sometido a fuertes tensiones, tanto por parte de IU, que rechaza la intervención de los aviones españoles en los bombardeos, como de] PP, que pone el acento en la necesidad de garantizar a toda costa la seguridad de las tropas.La reunión de mayo de 1993 sirvió, al menos, para que la guerra de Bosnia quedase al margen de la campaña de las últimas elecciones generales. Por el contrario, la participación de dos F-18 en los bombardeos de los pasados 25 y 26 de mayo, tres días antes de las municipales, fue públicamente criticada por Aznar y Anguita.

Fuentes de La Moncloa indicaron que, por parte de Felipe González, no hay inconveniente en celebrar un encuentro que permitiría facilitar información sobre el conflicto que, por su carácter, no puede ser difundida públicamente; así como ratificar el respaldo de las fuerzas políticas a la labor de los cascos azules, en circunstancias cada vez más difíciles. Agregaron, no obstante, que no hay ninguna previsión al respecto y que dependerá de que todos los grupos estén de acuerdo en celebrarla.

Prórroga para los F-18

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El Gobierno español acaba de prorrogar por tres meses la presencia de ocho cazas F-18 y dos Hércules KC-130 de reabasteciemiento en vuelo en la base de Aviano (Italia), hasta el próximo 30 de septiembre; "lo que implica un riesgo, por supuesto", en palabras de García Vargas. Además de participar en dos bombardeos, los aviones españoles realizan misiones de vigilancia, como la que efectuaba el pasado viernes el F-16 de EE UU que fue derribado por los serbios, y en alguna ocasión han recibido el encargo de interceptar a una aeronave que violaba la zona de exclusión aérea, aunque finalmente no pudieron localizarla.

Por otra parte, según explicó el ministro de Defensa, la situación bélica se ha deteriorado en toda Bosnia y también en la zona de Mostar, bajo responsabilidad del batallón español, donde durante el último fin de semana se contabilizaron 52 explosiones, aunque ello no ha impedido que los cascos azules sigan desarrollando sus misiones humanitarias.

Si bien nadie llegó a plantear la retirada de las tropas, como en alguna ocasión anterior, los portavoces de la oposición se mostraron ayer muy críticos con la actuación del Gobierno.

Felipe Alcaraz, de IU, afirmó que la intervención de los F-18 supone "una ruptura de las condiciones aprobadas en el referéndum de integración en la OTAN de 1986, pone en riesgo a los soldados españoles e impide la ayuda humanitaria a la población civil"

Santiago López Valdivielso, del PP, aseguró que la participación española en el conflicto de la antigua Yugoslavia "ha ido mucho más allá de lo exigible en función de nuestros intereses en la región y nuestras capacidades", acusó al Gobierno de "haber ido perdiendo el control" sobre sus tropas e indicó que la seguridad de los soldados españoles debe primar "por encima de todo". Salvador Carreras, del Grupo Catalán, menos crítico, indicó, no obstante, que la aportación española "ha tocado techo" y que debería plantearse la rotación con contingentes de otros países.

Todas las críticas fueron rehazadas por los ministros, quienes negaron que se haya violado el referéndum o perdido el control de las tropas y recriminaron a la oposición por centrar sus críticas en el Gobierno o la comunidad internacional, olvidando que las partes implicadas, y especialmente los serbios de Bosnia, son los principales responsables de la prolongación de la guerra.

García Vargas admitió que el Gobierno podía haberse negado al empleo de sus F-18 en los bombardeos, pero agregó que en ningún momento se planteó hacer uso de este derecho, pues los aviones españoles han sido puestos a disposición de la ONU "sin condiciones".

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