28 MAYO

El PP amenaza al Gobierno desde el poder autonómico

Aznar consigue mayoría en el Senado y en el Consejo de Política Fiscal

El próximo otoño, en el debate sobre el Estado de las autonomías que se celebrará en el Senado, el presidente del Gobierno, Felipe González, tendrá enfrente, al menos, a nueve presidentes autonómicos del PP frente a cuatro del PSOE y otros cuatro entre nacionalistas y regionalistas. González tendrá que lidiar un debate totalmente distinto y mucho más difícil que el de hace un año, cuando tuvo enfrente a ocho presidentes socialistas frente a cuatro del PP y cinco entre nacionalistas y regionalistas. Será la manifestación más expresiva del vuelco que ha experimentado el poder autonómico en Españ...

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El próximo otoño, en el debate sobre el Estado de las autonomías que se celebrará en el Senado, el presidente del Gobierno, Felipe González, tendrá enfrente, al menos, a nueve presidentes autonómicos del PP frente a cuatro del PSOE y otros cuatro entre nacionalistas y regionalistas. González tendrá que lidiar un debate totalmente distinto y mucho más difícil que el de hace un año, cuando tuvo enfrente a ocho presidentes socialistas frente a cuatro del PP y cinco entre nacionalistas y regionalistas. Será la manifestación más expresiva del vuelco que ha experimentado el poder autonómico en España, donde el PSOE había dominado ampliamente desde su creación en 1983, con las únicas excepciones de los islotes nacionalistas catalán y vasco y de Manuel Fraga en Galicia. Será una nueva plataforma desde la que Aznar puede cercar al Gobierno.Los populares van a gobernar en nueve comunidades, casi todas prósperas y situadas en la mitad norte de la Península: Baleares, Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid, Murcia, Aragón, Cantabria, Galicia y Castilla y León, siendo estas dos últimas donde cuentan con mayor arraigo tradicional. Los socialistas, por el contrario, gobernarán el sur de España, con la excepción de Asturias, y en las regiones más pobres: Extremadura, Andalucía y Castilla La-Mancha, en este último caso con la única mayoría absoluta. Canarias será gobernada previsiblemente por los nacionalistas y Navarra es una gran incógnita que puede decantarse hacia UPN-PP o por una coalición en torno al regionalista Juan Cruz Alli.

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También se encontrará Felipe González con un Senado de distinta composición, con un Partido Popular (PP) que ha conseguido la mayoría simple, con 114 senadores, y un PSOE que ha pasado a ocupar la segunda posición, con 111. El PP ha ganado siete senadores, procedentes de Aragón, Canarias, Cantabria, Madrid, Navarra, Extremadura, Rioja y Comunidad Valenciana. El PSOE ha perdido cuatro senadores: de Canarias, Cantabria, Madrid y Extremadura.

La coalición formada por el PSOE y Convergencia i Unió (CiU) no alcanza la mayoría absoluta de senadores, que son 129, lo que obligará a socialistas y CiU a pactar con alguna otra fuerza las leyes para evitar el bloqueo que pudiera intentar el PP.

Los socialistas también han perdido la mayoría en un organismo tan importante como el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que agrupa a los ministros de Economía y Hacienda y de las Administraciones Públicas con los 17 consejeros autonómicos, y que decide la política de financiaclión autonómica.

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La mayoría alcanzada por los populares en este organismo -nueve consejeros frente a cuatro del PSOE y otros cuatro de los nacionalistas y regionalistas- les otorga la llave para decidir nada menos que sobre el nuevo modelo de financiación autonómica y de corresponsabilización fiscal que se debatirá en los próximos meses.

El Consejo de Política Fiscal y Financiera ha jugado un papel clave en los pactos de gobiernoentre el PSOE y CíU. Fue en este organismo en el que se decidió la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas, con la oposición de los consejeros autonómicos del PP. A partir de ayer, la capacidad de maniobra de socialistas y nacionalistas en el consejo es nula.

Pero, además, los populares van a aumentar sensiblemente su capacidad de gestión en comunidades autónomas, al pasar de gobernar cuatro a nueve, y en la diputaciones provinciales -donde el PSOE reduce su control a unas ocho de las 45-, con una cifra que puede rondar los dos billones de pesetas. Esto lespermitirá a los populares ampliar su capacidad de maniobra en los municipios medianos y pequeños -entre 250 y 25.000 habitantes- que es donde el PSOE concentra el grueso de su voto, aproximadamente en un 60%. No hay que olvidar que el papel de las diputaciones provinciales sobre los municipios pequeños y medianos es muy importante.

Estas elecciones también han cambiado totalmente las baronías en el PSOE. Dos de sus más influyentes barones -el madrileño Joaquín Leguina y el valenciano Joan Lerma- han perdido su palanca de poder, el Gobierno autonómico. Leguina ha anunciado su retirada de la política institucional y Lerma perderá también considerable influencia interna en el PSOE ya que, en su comunidad, los cargos partidistas estaban muy vinculados a la administración autonómica.

Quienes van a ganar peso son los barones que han pasado la prueba de las urnas. Es, ante todo, el caso de José Bono, presidente de Castilla-La Mancha por mayoría absoluta en una cuarta legislatura. Mantiene también su influencia Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de la Junta de Extremadura, pese a haber perdido la mayoría absoluta. Ambos, como miembros de la ejecutiva federal socialista, cuentan de antemano con una importante plataforma interna. Pasqual Maragall, reelegido alcalde de Barcelona, y Francisco Vázquez, de La Coruña, son voces que también contarán en la nueva etapa del PSOE.

Vázquez arriesga también con perder la presidencia de otro organismo, que el PSOE ha controlado históricamente: la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). La Asamblea, que se celebrará en octubre, designará la nueva dirección que, probablemente, pasará a manos del PP ante el varapalo que han recibido los socialistas en los grandes municipios.

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