Cartas al director

Asesinato en Pakistán

He leído en el diario que te han asesinado. En Pakistán. Tenías 12 años. Te vendieron a los tres años a un fabricante de alfombras, como otros muchos niños y niñas.Veo pasar a los turistas de viajes organizados por las dependencias de la fábrica, admirando las alfombras y soñando con tenerlas en sus casas. Pisarlas.

Nadie baja a los sótanos, ni se pregunta quién las ha hecho. Sólo vemos el precio, ventajoso para nosotros. Alfombras hechas con sudor, lágrimas y esclavitud.

Antes de comprar algo deberíamos saber quién lo ha hecho y bajo qué condiciones.

No he leído ningún co...

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He leído en el diario que te han asesinado. En Pakistán. Tenías 12 años. Te vendieron a los tres años a un fabricante de alfombras, como otros muchos niños y niñas.Veo pasar a los turistas de viajes organizados por las dependencias de la fábrica, admirando las alfombras y soñando con tenerlas en sus casas. Pisarlas.

Nadie baja a los sótanos, ni se pregunta quién las ha hecho. Sólo vemos el precio, ventajoso para nosotros. Alfombras hechas con sudor, lágrimas y esclavitud.

Antes de comprar algo deberíamos saber quién lo ha hecho y bajo qué condiciones.

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No he leído ningún comunicado de las centrales sindicales. Este brote de rebeldía e inicio de organización es el germen del que ha nacido el bienestar y los derechos de los trabajadores. ¡Trabajadores del mundo, uníos!, nunca antes de ahora este consejo se había hecho tan patente. De los derechos de todos' los trabajadores del mundo depende nuestro propio bienestar y dignidad.

Cuando compramos un producto deberíamos preguntar quién lo ha hecho, dónde y bajo qué condiciones. No queramos para los demás lo que no queremos para nosotros. De estas preguntas depende nuestro futuro.

No reposemos nuestra cabeza en una hermosa alfombra teñida de sangre y esclavitud.-

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