LA SUCESIÓN DE MITTERRAND

Los candidatos no descansan

Los candidatos no descansaron en la jornada de reflexión. Jacques Chirac procurÓ lanzar a su electorado una última señal de unidad, entrevistándose con su cordial enemigo Édouard Balladur. Lionel Jospin, por su parte, se encontró durante 90 minutos con el presidente- François MitterrandNo fue, la de Jospin y Mitterrand, una cita para conversar, cosa problemática dadas las complejas relaciones del presidente con su antiguo colaborador. Ambos líderes socialistas se encontraron en la tribuna del Parque de los Príncipes parisiense para asistir a la Final del Campeonato de Francia de rugby.Jacques ...

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Los candidatos no descansaron en la jornada de reflexión. Jacques Chirac procurÓ lanzar a su electorado una última señal de unidad, entrevistándose con su cordial enemigo Édouard Balladur. Lionel Jospin, por su parte, se encontró durante 90 minutos con el presidente- François MitterrandNo fue, la de Jospin y Mitterrand, una cita para conversar, cosa problemática dadas las complejas relaciones del presidente con su antiguo colaborador. Ambos líderes socialistas se encontraron en la tribuna del Parque de los Príncipes parisiense para asistir a la Final del Campeonato de Francia de rugby.Jacques Chirac se reunió con el aún primer ministro Édouard Balladur, a última hora de la mañana, en el despachó del presidente del Senado, cedido a tal fin por su inquilino, el centrista René Monory. La conversación duró menos de una hora, y, según fuentes de la candidatura chiraquista, giró en torno a "los principales problemas relacionados con el porvenir de Francia".

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Chirac perseguía un doble objetivo. Uno, insistir en que la reconciliación con su viejo amigo-enemigo era ya un hecho, por si el frío apretón de manos en el mitin de La Bagatelle no hubiera resultado lo bastante convincente. El segundo objetivo, pactar con Balladur las primeras medidas del día después de la elección. La alianza de Balladur, candidato fracasado en la primera vuelta, y Chirac, candidato favorito a la presidencia, es circunstancial.

El primer ministro saliente espera hacerse fuerte en la Asamblea Nacional gracias a su ascendente sobre la derecha no gaullista, y erigirse en árbitro de la mayoría parlamentaria los tres años que restan de legislatura. Chirac ha asumido ya que, salvo una victoria aplastante hoy, tendrá que respetar las opiniones de todas las familias conservadoras y que Balladur será uno de sus interlocutores. La cita de ayer fue, probablemente, la primera de una larga serie.

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