Más alto que Sabonis

Todavía me duelen los oídos de los gritos de Mariano Jaquotot y las manos de los fives que me obligó a darle durante la final.Él, que se portaba tan recatadamente en los partidos su etapa como vicepresidente a cargo del baloncesto, por aquello del señorío del Real Madrid, perdió totalmente la compostura durante la final.

"Aquí arriba", me gritaba, "no veas la que se ha armado. Hasta el jefe, que es muy tranquilo, parecía querer ayudar a Sabonis en los mates. Y no te cuento los de la peña de los Santos Tigres, que son un montón".

Hoy se cumplen ocho meses desde tu muerte, ...

Todavía me duelen los oídos de los gritos de Mariano Jaquotot y las manos de los fives que me obligó a darle durante la final.Él, que se portaba tan recatadamente en los partidos su etapa como vicepresidente a cargo del baloncesto, por aquello del señorío del Real Madrid, perdió totalmente la compostura durante la final.

"Aquí arriba", me gritaba, "no veas la que se ha armado. Hasta el jefe, que es muy tranquilo, parecía querer ayudar a Sabonis en los mates. Y no te cuento los de la peña de los Santos Tigres, que son un montón".

Hoy se cumplen ocho meses desde tu muerte, Mariano, y ya hay quien se cuelga tus medallas, las medallas de un equipo y de un entrenador que, sin excepción, tú has fichado. uno por uno.

A muchos se les habrá olvidado todo lo que te costó crear ese equipo y mantenerlo, aguantar ataques económicos y de otra índole. A mí no. Me fui casi contigo del Madrid de nuestros amores, pero tus chicos han hecho lo que les habías pedido.

Es nuestra octava Copa de Europa y cuando se la enseñe a mis hijos en las vitrinas de la sala de trofeos del club les diré que la ganaste tú, porque eras más alto que Sabonis, más fuerte que Arlauckas y más listo que Lasa.

Ellos me entenderán, y los demás también, aunque no quieran recordarlo. Yo, sí.