Memorias olvidadas

20.000 histórias clínicas estuvieron, "archivadas" en un desván sin control

Nadie hizo ademán durante seis años de cuidar la intimidad de 20.000 pacientes de cáncer que fueron atendidos hasta 1988 en el Instituto Nacional de Oncología (actualmente, unidad de oncología del hospital Clínico).Sus historias médicas han permanecido almacenadas todo ese tiempo en una sala de material de desecho de la planta séptima del centro hospitalario. Y con los datos bien a la vista, al alcance de cualquier trabajador del hospital, entre muebles desvencijados, polvo y tuberías.

A raíz de una denuncia parlamentaria del Partido Popular, la dirección del Clínico decidió llevarlas a...

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Nadie hizo ademán durante seis años de cuidar la intimidad de 20.000 pacientes de cáncer que fueron atendidos hasta 1988 en el Instituto Nacional de Oncología (actualmente, unidad de oncología del hospital Clínico).Sus historias médicas han permanecido almacenadas todo ese tiempo en una sala de material de desecho de la planta séptima del centro hospitalario. Y con los datos bien a la vista, al alcance de cualquier trabajador del hospital, entre muebles desvencijados, polvo y tuberías.

A raíz de una denuncia parlamentaria del Partido Popular, la dirección del Clínico decidió llevarlas a Documentalia, un archivo privado en Torrejón de Ardoz, con el que el Instituto Nacional de la Salud mantiene un convenio. Ayer apenas quedaban varias docenas de listados por el suelo. No mostraban información confidencial. Nada, comparado con los cientos de cajas destripadas y llenas de historias de los enfermos, que fueron observadas por una periodista de EL PAIS hace unos días. "Se trata de historias clínicas de personas fallecidas, de los años sesenta, que no tienen ninguna utilidad clínica", aduce el gerente del centro sanitario, Antonio Rodríguez. "Y estaban perfectamente localizadas", añade.

PASA A LA PÁGINA 5

La unidad de oncología del hospital Clínico languidece a la espera de las obras de reforma

VIENE DE LA PÁGINA 1Los médicos de la unidad de oncología no piensan lo mismo que el gerente del centro sobre las historias clínicas: "Estos documentos no se pueden traspapelar porque se puede hacer un daño grave al enfermo, y además son una herramienta de trabajo imprescindible cuando se quieren hacer estudios retrospectivos sobre los resultados de los tratamientos", explica un médico de la unidad que quiere permanecer en el anonimato. "Tampoco se ha respetado el derecho a la intimidad de los pacientes. Y algunos pueden continuar vivos", precisa.

La actual unidad oncológica del hospital Clínico está formada por los restos del antiguo Instituto Nacional de Oncología, ubicado en un anexo del hospital, y que fue desmantelado en 1988 por orden del Gobierno regional. El cierre se llevó por delante las 20.000 historias clínicas.

Estado desolador

El estado de la actual unidad oncológica del hospital Clínico (fue Instituto Oncológico Nacional hasta 1988) es desolador: un cuarto de baño para cada 18 pacientes ingresados, pasillos lúgubres con desconchones, suelos cuarteados y muebles en desuso junto a las paredes. El Insalud y la Consejería de Salud, organismos que gestionan este departamento, se comprometieron hace cuatro años a acondicionarlo y a dotarlo de un servicio de radioterapia -los enfermos tienen que ser trasladados a diario a otros centros para tratarse-.

El pasado noviembre, el gerente del Clínico, Antonio Rodríguez, anunció una inversión de 500 millones y una fecha para las obras de acondicionamiento: el pasado enero. Aún no ha entrado un bote de pintura en el área y los 40 enfermos allí ingresados continúan rodeados de incomodidades.

"Para empezar las obras estamos pendientes de convocar concurso público para adjudicar las obras", explica Antonio Rodríguez. "El proceso va bien y próximamente se remodelará el área completa, unos 4.000 metros cuadrados", asegura.

Las restantes dependencias del hospital, sin embargo, relucen. No en vano las obras anunciadas para reformar otras áreas se cumplen con puntualidad: Pero tan sólo basta cruzar un umbral de la planta baja para introducirse en los corredores oscuros y sin ventilación de la unidad de oncología, propios de los tiempos de posguerra.

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