Pedro Rubira renuncia a seguir con el caso

El fiscal Pedro Rubira presentó ayer la renuncia a seguir como fiscal encargado del caso de los papeles de Laos, convencido de que la batalla jurídica planteada por el fiscal general del Estado, Carlos Granados, para sacar el citado proceso de la Audiencia Nacional no es de orden técnico, sino que él es el auténtico problema.El ímpetu investigador de Rubira, que pretendía oír al ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, y a la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, antes de pronunciarse sobre cuál era el órgano judicial competente en el caso, había levantado ro...

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El fiscal Pedro Rubira presentó ayer la renuncia a seguir como fiscal encargado del caso de los papeles de Laos, convencido de que la batalla jurídica planteada por el fiscal general del Estado, Carlos Granados, para sacar el citado proceso de la Audiencia Nacional no es de orden técnico, sino que él es el auténtico problema.El ímpetu investigador de Rubira, que pretendía oír al ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, y a la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, antes de pronunciarse sobre cuál era el órgano judicial competente en el caso, había levantado ronchas en la Fiscalía General del Estado.

Consciente de que las argumentaciones jurídicas no eran tan importantes en la decisión del juez competente en el caso, sino que el problema lo. constituían las repercusiones políticas de sus peticiones, Rubira decidió apartarse y no invocar siquiera el artículo 27 del Estatuto del Ministerio Fiscal, que le permitiría salvar su responsabilidad llevando el asunto a la Junta de Fiscales de la Audiencia Nacional.

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El fiscal Rubira preparó un informe en el que desgranaba sus argumentos jurídicos en favor de la competencia de la Audiencia Nacional. En este informe, anunciaba su renuncia a seguir con el caso, independientemente del parecer de la Junta de Fiscales de Sala.

También se señalaba que, a la vista de la declaración del director general de la Policía, Ángel Olivares, en la que señalaba que los faxes de Laos se habían recibido en un aparato receptor del domicilio del ministro, y que la respuesta a uno de estos faxes se había producido un día antes de que el documento se recibiera, era obligado llamar a declarar a Robles y Belloch para que ex plicasen lo que supiesen del caso. Y, que si se deducían implica ciones del ministro en la falsificación, el órgano competente para instruir el caso sería la Sala Segunda del Supremo.

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