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Roca promete a Pujol que, si llega a alcalde, no enfrentará Barcelona con la Generalitat

Miquel Roca, el candidato designado por Convergéncia i Unió (CiU) para arrebatar la alcaldía de Barcelona a la izquierda, se comprometió ayer solemnemente ante el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a no utilizar el Ayuntamiento de la capital, catalana como contrapoder de la Generalitat si gana las elecciones y llega a alcalde contrario, dijo, lo que haría sería poner Barcelona al servicio del autogobierno de Cataluña. CiU convirtió ayer la presentación de sus 920 candidaturas en un acto de reivindicación de Barcelona para el nacionalismo protagonizado por Roca.

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Miquel Roca, el candidato designado por Convergéncia i Unió (CiU) para arrebatar la alcaldía de Barcelona a la izquierda, se comprometió ayer solemnemente ante el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a no utilizar el Ayuntamiento de la capital, catalana como contrapoder de la Generalitat si gana las elecciones y llega a alcalde contrario, dijo, lo que haría sería poner Barcelona al servicio del autogobierno de Cataluña. CiU convirtió ayer la presentación de sus 920 candidaturas en un acto de reivindicación de Barcelona para el nacionalismo protagonizado por Roca.

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El compromiso adquirido por Roca es una manera de acusar a Pasqual Maragall, el enemigo al que batir en esta contienda, de haber mantenido enfrentado al Ayuntamiento de la capital catalana con la Generalitat. Los continuos choques entre Maragall y Pujol han dominado la política catalana los últimos 13 años. Pero es también un esfuerzo de Roca por disipar los temores que una hipotética victoria suya suscita entre los convergentes, que no olvidan las aún recientes pugnas entre el propio Roca y Pujol.El Ayuntamiento de Barcelona es, sin embargo, la joya que CiU no ha podido engarzar todavía en la corona de Pujol, y esa ausencia duele en el alma de los nacionalistas. El propio Pujol dijo ayer ante los casi 5.000 asistentes a la presentación en el anexo del Palau Sant Jordi, en Montjuïc, que CiU "necesita ganar en Barcelona para poder desarrollar plenamente su proyecto de Cataluña". Y eso es lo máximo que él puede desear.

Los partidos de la oposición a CiU destacan en los últimos meses que una victoria de los nacionalistas en la capital catalana provocaría una extraordinaria concentración de poder en manos de la coalición. Roca replicó ayer a este ataque diciendo que es "una barbaridad". Pero en algunos medios convergentes se teme también que, en ese supuesto, existan por vez primera en la propia Convergéncia dos polos de poder institucional, simbolizados en los dos palacios de la plaza de Sant Jaume de Barcelona.

Hasta ahora, Pujol ha sido el único líder de CiU que ha ganado elecciones y el único que ha dispuesto del margen de maniobra que otorga ser el administrador de un presupuesto enorme y la capacidad de nombrar numerosos altos cargos en la Administración. Roca ha estado siempre dedicado al Congreso de los Diputados.

Por esta razón, el discurso con el que Roca presentó ayer su candidatura ante un auditorio compuesto por el núcleo más orgánico de la coalición -candidatos, diputados, altos cargos de la Generalitat- fue una constante reiteración de que su objetivo no es otro que "comprometer a Barcelona en el proyecto de reconstrucción de Cataluña" que Pujol dirige.

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Pujol, por su parte, renunció ayer al protagonismo máximo e intervino sólo para dejar claro su apoyo a Roca. Se limitó a advertir que los nacionalistas necesitan mantener en las próximas elecciones municipales el control sobre el territorio que les otorga su condición de fuerza con el mayor número de alcaldes y concejales en Cataluña. A ello se pretende sumar ahora el Ayuntamiento de la capital, dijo. La victoria de Roca, concluyó, "será un gran éxito personal, pero será también un gran éxito para Cataluña".

Ataque al PSOE y al PP

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, intervino para apoyar a los candidatos, pero centró su discurso en la coyuntura política española. Destacó que el fondo de la polémica sobre el archivo de Salamanca "es la incapacidad de los herederos del nacionalismo español de asumir el pluralismo nacional de España".Las apelaciones a la "unidad de archivo" no son, dijo Duran, más que la continuación de la contraposición de la unidad de España a la voluntad de autonomía. "Primero apelaban a la unidad de España; luego, a la unidad de mercado; después, a la unidad de policía; ahora, a la unidad de archivo". "¿Qué dirían quienes así hablan si los catalanes reclamáramos un concierto económico como, el que tienen Navarra y Euskadi?", preguntó.

Duran formuló algunos juicios muy duros sobre la coyuntura política española. Como éste: "España ha enloquecido politicamente. Sufrimos las consecuencias de un largo mal uso de la mayoría absoluta por el PSOE y de la inmadurez política del PP. El mal uso de las instituciones ha conseguido que el debate político se realice fuera de ellas". Ante este panorama solventó así el problema: "¿Entre quién elegir?, ¿PSOE?, ¿PP?: ¡Cataluña!".

Entre los asistentes al acto figuraba Josep María Cullell, que ayer se reintegró a sus cargos en el partido, tras estar varios meses apartado de ellos por las acusaciones tráfico de influencias.

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