El acusado del crimen del Tiananmen, extraditado a España

Li Min-yim, de 28 años, acusado del asesinato de un compatriota en el restaurante chino Tiananmen (Doctor Esquerdo, 99), el 11 de mayo de 1993, ha sido detenido en Bratislava (Eslovaquia) y extraditado a España. Sobre Li Min, a quien la policía considera el jefe de la banda de los siete -uno de los clanes chinos más peligrosos de la capital-, pesaba una orden de búsqueda internacional.La pista que condujo hasta su detención partió de la policía alemana, por cuyo territorio pasó Li Min en su huida. Los expertos policiales consideran que Eslovaquia, junto con la República Checa y Rusia, c...

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Li Min-yim, de 28 años, acusado del asesinato de un compatriota en el restaurante chino Tiananmen (Doctor Esquerdo, 99), el 11 de mayo de 1993, ha sido detenido en Bratislava (Eslovaquia) y extraditado a España. Sobre Li Min, a quien la policía considera el jefe de la banda de los siete -uno de los clanes chinos más peligrosos de la capital-, pesaba una orden de búsqueda internacional.La pista que condujo hasta su detención partió de la policía alemana, por cuyo territorio pasó Li Min en su huida. Los expertos policiales consideran que Eslovaquia, junto con la República Checa y Rusia, constituye uno de los bastiones de la mafia china en Europa. La facilidad de entrada en estos países ex comunistas y su situación geográfica les convierten en trampolines para el salto a Occidente.

Tras su detención en Bratislava, el cabecilla fue conducido a España. Esta semana aterrizó en Madrid, donde ha quedado a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de la plaza de Castilla.

Una comisión de la policía china ha intentado su traslado al país oriental, pero el juez se ha negado debido a las causas por extorsión y homicidio que penden sobre él. En la investigación del caso participan la Brigada Provincial de la Policía Judicial y la Brigada Central.

La figura de Li Min-yim es considerada clave para conocer el entramado de las tríadas (bandas) chinas en la capital. Su primera aparición en los archivos policiales data de agosto de 1992, cuando fue implicado en el secuestro de un niño chino de 11 años, hijo del dueño de un restaurante oriental de Getafe.

El 10 de mayo de 1993 reapareció, acompañado de seis sicarios. Entraron por la puerta del restaurante Tiananmen (Paz Celestial). Tras una cena pantagruélica pusieron en marcha el ritual de la provocación. Se negaron a pagar e intentaron golpear a la hija del gerente del local. Un cliente quiso calmar los ánimos. Recibió dos puñaladas. Li Min, tras perseguir infructuosamente al gerente con un cuchillo, huyó con cinco de los suyos -otro fue capturado- Desde entonces, se desconocía su paradero.

El herido murió a las pocas horas del ataque en el hospital Gregorio Marañón. Los chinos del local insistieron en que se trataba de un cliente habitual. Otras fuentes cercanas a la investigación le consideran, en cambio, un trabajador del establecimiento.

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La posterior inspección de la policía descubrió en el restaurante, bajo placas de escayola, 30 pasaportes supuestamente falsos. El juez que investigó este hallazgo consideró que la posesión de estos documentos no implicaba delito alguno.

Misterioso estallido

Un año después, en septiembre pasado, el restaurante Tiananmen, propiedad de un chino con otros tres establecimientos de comidas en Madrid, saltó por los aires. El estallido, cuyo origen exacto nunca fue aclarado, hirió de gravedad a su gerente, Wang Ping-su, de 31 años, quien un año antes se había enfrentado al cabecilla de la banda de los siete.

La policía ha barajado la posibilidad de que el crimen y la explosión sean capítulos de un misma guerra de bandas. Así, el homicidio ha sido interpretado como un castigo ante la negativa del local a someterse a la extorsión de un grupo rival, formado por gentes de la provincia de Zejiang -una zona subdesarrollada del Oriente chino, del que sale el 90% de los Ilegales que andan por España-.

El propio hermano del gerente herido del Tiananmen reconoció a este periódico que seis meses antes de la agresión, los siete matones habían intentado extorsionar a Wang Ping-su, aunque sin éxito.

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