INVESTIGACIONES JUDICIALES

Olivares alega secreto profesional y solo entrega a Garzón los billetes de avión del 'caso Roldán'

El director general de la Policía, Ángel Olivares, remitió ayer por la tarde al juez Garzón los billetes de avión de los agentes que trajeron a España al prófugo Luis Roldán, pero anunció que no hará lo mismo, con los restantes documentos de la operación, porque, alegó, revelar la identidad de los intermediarios podría poner en grave peligro sus vidas. Horas antes, Garzón le había advertido en dos ocasiones que si persistía en su negativa a facilitarle los datos que le pedía podía incurrir en delito de desobediencia. Olivares se amparó en un informe del Servicio Jurídico del Estado según el cu...

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El director general de la Policía, Ángel Olivares, remitió ayer por la tarde al juez Garzón los billetes de avión de los agentes que trajeron a España al prófugo Luis Roldán, pero anunció que no hará lo mismo, con los restantes documentos de la operación, porque, alegó, revelar la identidad de los intermediarios podría poner en grave peligro sus vidas. Horas antes, Garzón le había advertido en dos ocasiones que si persistía en su negativa a facilitarle los datos que le pedía podía incurrir en delito de desobediencia. Olivares se amparó en un informe del Servicio Jurídico del Estado según el cual el funcionario público tiene el deber de guardar el secreto profesional que reconoce el artículo 24 de la Constitución, deber cuyo incumplimiento puede generar responsabilidad penal y disciplinaria. El director de la Policía entregó al juez este informe a petición de Garzón.

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Garzón tuvo que desplazarse por la mañana, acompañado del fiscal y funcionarios de su juzgado, a las dependencias de la Dirección de la Policía para interrogar a Olivares, quien se acogió al derecho de declarar en su despacho.La habitual escena de un alto cargo entrando en la Audiencia Nacional entre vallas de contención de informadores y cordones policiales fue sustituida por la del juez entrando en dependencias policiales de la misma manera. Garzón sometió a interrogatorio a Olivares por espacio de más de cinco horas, desde las once y media hasta cerca de las cinco de la tarde. Quería conocer los pormenores de la operación que permitió la captura en Bangkok de Roldán.

En su declaración, el director de la Policía expresó su voluntad de colaborar con la Administración de Justicia, "pero teniendo en cuenta", precisó, "que los funcionarios estamos obligados por el secreto profesional reconocido en el artículo 24 de la Constitución y 417 de la ley de Enjuiciamiento Criminal". Este último precepto establece que no podrán ser obligados a declarar como testigos los funcionarios públicos cuando no pudieren declarar sin violar el secreto que por razón de sus cargos estuvieren obligados a guardar.

Tras esas cinco tensas horas, Olivares explicó a los periodistas que se había dado por requerido por Garzón para presentarle los billetes de avión de los agentes que trajeron a Roldán,. y anticipó que, salvo indicación en contrario de los servicios jurídicos, se los entregaría de inmediato. Añadió que si no lo hizo en el curso de la declaración fue porque entonces no existía una petición formal por parte del juez, lo que Garzón se encargó de subsanar de inmediato. Pocas horas después, el juez recibió los billetes en la Audiencia.

Sin embargo, Olivares se niega a revelar cualquier detalle sobre la identidad de los intermediarios.

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Alega que podría suponer un grave riesgo para su seguridad personal. También insistió en que revelar el nombre de los hoteles donde se alojaron los funcionarios que fueron a por Roldán o el de los destinatarios de sus llamadas telefónicas podría ser el punto de partida para una investigación que podría comprometer la seguridad de terceras personas.

El director de la Policía comentó que no le extrañaron las dos advertencias del juez sobre un posible delito de desobediencia porque Garzón, recordó, se comportó de la misma forma con los cinco agentes que participaron en la Operación Luna.

Al interrogatorio asistieron los abogados Marcos García Montes, representante del empresario José María Ruiz-Mateos, y los de Luis Roldán.

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