El temor, posible causa de la ausencia de cuatro rusas en un juicio por trata de blancas

Un tribunal barcelonés suspende la vista y ordena a la policía su localización

El miedo pudo ser la causa de que cuatro ciudadanas rusas no comparecieran ayer ante un tribunal de la Audiencia de Barcelona. Las cuatro denunciaron en 1993 ser víctimas de una red de trata de blancas, pero ayer no acudieron al juicio contra los cuatro acusados de un delito de inducción a la prostitución. El tribunal consideró que las denunciantes, residentes en Madrid, puedan estar atemorizadas e instó ayer a la policía a encargarse de que acudan a la segunda sesión del juicio, el próximo 24 de marzo.Los acusados pertenecen al mundo del espectáculo: Luis Shang Nogués, promotor, Luis Maqueda ...

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El miedo pudo ser la causa de que cuatro ciudadanas rusas no comparecieran ayer ante un tribunal de la Audiencia de Barcelona. Las cuatro denunciaron en 1993 ser víctimas de una red de trata de blancas, pero ayer no acudieron al juicio contra los cuatro acusados de un delito de inducción a la prostitución. El tribunal consideró que las denunciantes, residentes en Madrid, puedan estar atemorizadas e instó ayer a la policía a encargarse de que acudan a la segunda sesión del juicio, el próximo 24 de marzo.Los acusados pertenecen al mundo del espectáculo: Luis Shang Nogués, promotor, Luis Maqueda Pérez, propietario de la sala Tabú -de Barcelona-, y Carlos Manuel Velázquez Fernández y Luis Galán Castejón, ambos coopropietarios del Club Río, en Madrid. El fiscal pide para Shang cinco años de cárcel y penas de dos meses de prisión para los otros tres por cómplices.

Para la policía y el fiscal, Shang es el principal responsable de la red desde su empresa, Shang Shows Promotions en Barcelona. La acusación sostiene que Shang contactó con una agencia en Moscú, la Olímpica Panorama, y llegó a un acuerdo para que la empresa rusa tramitara visados para grupos de mujeres. Ellas venían con el billete de avión pagado y con la promesa de que en España trabajarían como artistas profesionales.

Sin embargo, de acuerdo con la acusación, una vez en España, la red les retiraba el pasaporte y las obligaba a trabajar en clubs de alterne, entre ellos la sala Tabú, de la capital catalana, y el Club Río, de Madrid. La policía cree que de esa forma fueron engañadas 30 ciudadanas rusas, cuatro de las cuáles llegaron a denunciar lo ocurrido.

Orgullo ruso

Los acusados, sin embargo, lo negaron todo. "Trabajaban como artistas, haciendo números en el espectáculo. Yo las contraté por lo que vi en Moscú: acrobacias, contorsionismo y top-less", contó el promotor Shang. Otro de los encartados, Maqueda, explicó que en su local las rusas hacían streap-tess "y también números con serpientes y aros". Pero de relaciones sexuales con clientes bajo precio, nada. Los honorarios que cobraban las mujeres eran 5.000 pesetas por día más un tanto por ciento por las consumiciones de los clientes.

Un policía explicó al tribunal que tras recibir las denuncias acudió, como cliente, al Club Río: "Me propusieron bajo precio tener relaciones". Y puntualizó que se trataba de mujeres procedentes de países del Este. Como testigos de la defensa comparecieron ayer en la Audiencia de Barcelona varias rusas que llevan años instaladas en España y trabajando para alguno de los acusados. Las testigos, que se dedicaron a una sesión de maquillaje en los pasillos mientras esperaba, coincidieron en que eran artistas. "Yo soy cantante y si quiere se lo demuestro aquí mismo", le espetó al fiscal una de ellas. También negó con vehemencia el ejercicio de la prostitución porque "estamos demasiado orgullosas de nuestra nacionalidad".

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