Nuestros maquiavelos

Los objetores e insumisos que quieren acabar con los ejércitos son "extravagantes", según el ministro de Defensa; los que prefieren un ejército exclusivamente profesional que cobre por sus útiles servicios a la comunidad son indignos y thatcherianos, según Laureano García (carta del 15 de febrero de 1995). Don Laureano, que considera vigentes las opiniones de Maquiavelo -siglo XV- sobre los ejércitos, señala con agudeza que un ejército remunerado dispensaría a los ricos de la obligación de ser soldados: le recuerdo que hoy los ricos se ven dispensados por el mismo motivo de ser mineros, maestr...

Los objetores e insumisos que quieren acabar con los ejércitos son "extravagantes", según el ministro de Defensa; los que prefieren un ejército exclusivamente profesional que cobre por sus útiles servicios a la comunidad son indignos y thatcherianos, según Laureano García (carta del 15 de febrero de 1995). Don Laureano, que considera vigentes las opiniones de Maquiavelo -siglo XV- sobre los ejércitos, señala con agudeza que un ejército remunerado dispensaría a los ricos de la obligación de ser soldados: le recuerdo que hoy los ricos se ven dispensados por el mismo motivo de ser mineros, maestros, guardias municipales, payasos de circo, bomberos, porteros de fincas urbanas, labradores y torreros de faro, actividades tan patrióticas como la que más.¿Cómo conseguir no ser extravagante ni thatcheriano? La pauta la indicó hace poco el ministro García Vargas, cuando condecoró al sargento que repelió a tiros una agresión de ETA: dijo que, si todos nos portásemos como ese valiente soldado, muy distintas serían las cosas en el País Vasco. Y, por extensión, supongo que en el resto de España. Si todos llevásemos armas y tuviéramos entrenamiento bélico como el sargento, quedaría resuelto el problema del reclutamiento militar y disuelto el Ministerio de Defensa, lo cual permitiría al señor García Vargas ocupar por fin -a la tercera va la vencida- un puesto ministerial a la altura de sus habilidades.-