En Madrid se producen 150 agresiones al ano por discusiones triviales de tráfico

Madrid es cada vez más jungla. Las agresiones entre conductores por discusiones triviales de tráfico, con resultados de heridas graves e incluso la muerte de un contendiente, se han convertido en cotidianas. Entre el 7 de enero y el 7 de febrero, los partes de incidencias de la Policía Municipal han registrado 12 denuncias de reyertas por motivos de tráfico. El concejal de Seguridad y Policía Municipal, Carlos López Collado, considera que se queda corta la media anual en 144 incidentes violentos denunciados. "Sucede uno al día, prácticamente", calcula. Y suben al doble de esa cifra si s...

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Madrid es cada vez más jungla. Las agresiones entre conductores por discusiones triviales de tráfico, con resultados de heridas graves e incluso la muerte de un contendiente, se han convertido en cotidianas. Entre el 7 de enero y el 7 de febrero, los partes de incidencias de la Policía Municipal han registrado 12 denuncias de reyertas por motivos de tráfico. El concejal de Seguridad y Policía Municipal, Carlos López Collado, considera que se queda corta la media anual en 144 incidentes violentos denunciados. "Sucede uno al día, prácticamente", calcula. Y suben al doble de esa cifra si se tiene en cuenta los que no se registran en los partes. López Collado observa: "Un repaso a los partes es tremendo, y se constata el aumento de los incidentes de este tipo que terminan agresivamente. Es un problema de educación y de falta de consistencia moral".Luis Montoro, psicólogo director de la unidad de investigación sobre seguridad vial en la Universidad de Valencia, indica que, en España, las discusiones entre conductores provocan más casos de utilización de armas que los atracos. Y que cuanta más conflictividad social se respira en una ciudad, más violentas son las conductas de cada cual. Madrid es una ciudad tensa, donde un hombre mata a otro por 20 duros, como sucedió hace una semana.

El último caso del que hay noticia en Madrid no es ninguna broma. Una puñalada en el tórax mantiene postrado a Miguel T., de 43 años, conductor de un coche que se molestó con otro. El hombre que empuñó el arma blanca -la llevaba en la guantera de su coche- sufrió la rotura de la nariz y aranazos en la cara (véase EL PAIS del 5 de febrero).

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Expertos en tráfico vinculan la violencia de los conductores con la tensión que se vive en la ciudad

VIENE DE LA PÁGINA 1Los dos hombres que se pelearon en el nudo de Manoteras de la M-30 el día 4 de febrero son afables y educados.. Una semana después, no entienden lo que les sucedió en aquel momento y cómo llegaron a tal extremo, según relata una fuente de la Policía Municipal que conversó el jueves con ambos. Una vez en el hospital, intentaron pegarse de nuevo. Ninguno de ellos ha aceptado ponerse en contacto con EL PAÍS, porque el incidente está en manos de un juez.

A la hora de evaluar las causas de la violencia al volante en la ciudad, el psicólogo Luis Montoro, de 42 años y con un banco de datos enciclopédico sobre temas de tráfico, indica: "Los individuos conducen como viven. Si el entorno es negativo, también es negativa la conducción. Las ciudades como Madrid, cada vez disponen de menos espacio, y llevar un coche por ellas produce más tensión. La crispación social también se refleja en una forma de conducir más agresiva". A la tensión hay que sumar la prisa, el alcohol y la interpretación de la conducta, indica Montoro. Así se explica que hombres pacíficos se transformen cuando circulan en su automóvil.

El psicólogo desvela un detalle, inquietante: "Conozco decenas de casos de personas famosas y relevantes que han actuado igual que Amilibia". El periodista Jesús María Amilibia mató de un disparo en el abdomen a un camarero, José María Fernández Villanueva, en octubre de 1988, por una discusión de tráfico en la calle de Fuencarral.

Según sentencia del Tribunal Supremo, Amilibia disparó cuando la, víctima intentó tapar "violentamente" la boca de su mujer. El periodista está ya en libertad, tras ser condenado a 18 años por homicidio.Armas en la guantera

En la región de Madrid, 200.000 personas (un 4% de la población) guardan armas en sus casas. "Basta que en una discusión por un adelantamiento, o por un roce, el conductor lleve el arma en la guantera para que la posibilidad de usarla se multiplique", observa Montoro.

Luis Montoro añade que los agresores son selectivos con sus víctimas: "Se reacciona peor ante gente muy joven, muy mayor o ante las mujeres. También los conductores reaccionan con más, violencia ante negros, gitanos y taxistas. En cuanto a los coches, la posibilidad de que un condúctor interpele a otro aumenta si lleva un coche viejo que si lleva un Mercedes o un BMW; pero también aumenta si el coche está recién estrenado".

En diciembre pasado, un camionero de 50 años, Dámaso Segovia Peralta, de 50 años, atropelló al taxista Antonio García Mayor, de 53, en el distrito de Fuencarral, causándole la muerte. El conductor del taxi impedía el paso del camión porque se estaban bajando tres clientes. En medio de la tensión, el taxista bajó de su coche y, supuestamente, el camionero arremetió contra el taxi, aprisionando a su conductor entre las dos carrocerías. Este dramático suceso se encuentra también en un juzgado de instrucción. Recientemente se ha incoado un sumario por homicidio contra el camionero.

Los taxistas constituyen un colectivo que se ve involucrado a veces en discusiones que acaban en una agresión. De los 12 casos registrados por la Policía Municipal de Madrid en el pasado mes, tres (una cuarta parte) cuentan con la participación de un taxista.Así, el 25 de enero, uno de ellos intentó atropellar a dos agentes municipales, a las 15.15, en el paseo de la Florida. Los policías acababan de multarle. Afortunadamente, ninguno sufrió lesiones. Sí tuvo que pasar por el hospital otro agente municipal que el 6 de febrero, a las doce de la mañana, fue agredido por otro taxista. El agente le había multado por estacionar en doble fila frente al número 58 de la calle de Pradillo (Chamartín). El guardia sufrió contusiones en la cabeza y en la mano.

Eladio Núñez, presidente de la Asociación Gremial de Autotaxi, no confiere mucha importancia a estos casos, si bien señala que las conductas individuales no puedet utilizarse para desprestigiar al sector. "La crispación en Madrid es un mal generalizado, no la sufren sólo los taxistas"

Los conductores madrileños perciben la agresividad al volante como la causa no sólo de peleas, sino también de accidentes. Según los resultados de una encuesta realizada en Madrid en 1988, el 35% de los entrevistados consideraba que los accidentes están provocados por la violencia en la conducción. La misma encuesta añade que uno de cada 10 conductores se considera agresivo mientras está al volante.Prisas y estacionamientos

La prisa de la mayoría choca con un tráfico colapsado en Madrid a diario. José Antonio Navas, director, adjunto de la compañía Mapfre Mutualidad (con unos 300.000 vehículos asegurados en Madrid), destaca que a la obligación de tomarse tres cuartos, de hora para aparcar se suma la conducta del que se salta una cola para hacer un desvío o la, del que mete el morro para cambiar de carril. Situaciones explosivas que llevan a conducir agresivamente. Y añade contundente: "En la mayoría de los partes que recibimos se producen agresiones verbales".

. Gloria Vinader, del servicio jurídico del Real Automóvil Club de España (RACE), indica tres causas que llevan al menos a "insultar al del coche de al lado". Se trata de la doble fila, la carga y descarga y la obstrucción del carril reservado a autobuses y, taxis. Y añade la imposibilidad de aparcar. "La gente sé acaba desquiciando porque no encuentra aparcamiento, y basta que se caliente un poco para que se acabe a puñetazos".

No todos terminan así. El conductor Adolfo P., de 39 años, regresaba del gimnasio el jueves por la mañana temprano, repeinado y recién duchado. Es un hombre atractivo. En el barrio de la Concepción hizo un giro -con su Renault 21 rancherá que molestó a un taxista. Éste le iniró con odio desde su asiento e ¡ninediatamente le hizo un gesto obsceno, sugiriéndole con las manos y la boca una fellatio. Repetía el, gesto con fruición. Afortunadamente, no terminaron en comisaría, pues Adolfo, un hombre con sentido del humor, respondió con amplia sonrisa: "A trabajar, hombre, a trabajar".

Las broncas de un mes

Los partes de la Policía Municipal han registrado 12 broncas entre conductores del 7 de enero al 7 de febrero:. Día 7 de enero. Dos hombres tuvieron una mala digestión. A las 145.35 acabaron peleándose en la glorieta de Santa María de la Cabeza. Ambos resultaron heridos leves.

Día 24. En la carretera de Villaverde a Vallecas dos' hombres -uno estaba bebido-se zarandean, a las 18.15 horas.

Día 25. Un taxista intentó, sin conseguirlo, atropellar a las 15. 15 horas a dos agentes municipales que le habían multado en el paseo de la Florida, 2. A las 17.45, un taxista se pelea con un conductor de 24 años en la avenida de los Poblados. Le produjo heridas leves.

Día 27. Esta vez se enzarzaron cuatro personas en la avenida de los Toreros a las 20.30 horas. Una resultó herida leve.

Día 30. Una bronca en Alberto Aguilera, 23, acabó en la comisaría de Chamberí. Se enfrentaban un hombre de 36 años con otro de 46.

3 de febrero. Tres casos. Un joven de 18 años que iba en un ciclomotor desobedeció y amenazó a dos policías municipales que le pidieron la documentación en Arganzuela. A las 18.55, un hombre y una mujer se enfrentan en la Ronda de Atocha. Ambos presentaron en comisaría un parte de lesiones leves. Finalmente, a las 13.40, los agentes auxilian a un hombre de. 38 años agredido por otro conductor en la calle de Trafalgar.

Día 4. En la noche del sábado tuvo lugar la disputa con puñaladas en la M-30 que se relata en esta página-.

Día 5. Dos hombres llegan a las manos tras disputarse un sitio para aparcar en la calle de Molino de Viento, a las 0.30 horas.

Día 6. Al mediodía, un taxista ataca en. la calle de Pradillo, 58, a un agente municipal que le había multado.

Casos para recordar

Un repaso de las noticias publicadas desde 1988 sobre casos de agresiones por reyertas de tráfico muestra situaciones en las que la reacción a la causa inicial es dramática.Bloqueo de un garaje. Un guardia civil de 51 años, Alonso Salazar, mató en julio de 1988 a un hombre de 20 años, Miguel Ángel Rodríguez, e hirió gravemente a otro, Antonio Felipe Martín, de 17 años, tras una discusión motivada porque el vehículo de ambos le impedía el acceso a su garaje. El guardia civil les atacó primero con una barra de hierro y terminó sacando su arma y disparando contra ellos. En 1991 fue condenado a 45 años de prisión por un delito de asesinato y otro de asesinato frustrado.Puñaladas en Navidad. Una leve colisión en la Nochevieja de 1991 acabó en una reyerta que se saldó con tres heridos de arma blanca. Un hombre vio desde la ventana de su casa cómo un vehículo golpeaba su coche, aparcado en una calle del distrito de Tetuán. Bajó a tomar los datos del coche, en el que viajaban los tres heridos. Lo que en principio iba a ser la preparación de un parte para el seguro terminó en discusión con puñaladas. El supuesto agresor declaró que los tres ocupantes del coche también le zurraron con un palo.Morir por un piropo. "Mira qué rubia, no está mal", fueron las últimas palabras de la vida de Eloy, de 38 años, pronunciadas en enero de 1993. La víctima esperaba un autobús en la plazoleta de Pobladura del Valle (San Blas) de madrugada, después de salir de una discoteca. Le acompañaba un amigo. Al lado de la parada estaba un vehículo en el que viajaba la mujer piropeada. Eloy y su amigo hicieron en broma la señal de autoestop al conductor, y después emitió su comentario sobre la mujer. El coche se fue, pero regresó a gran velocidad, y después de hacer un trompo, amenazante, se llevó por delante a la víctima, que falleció tres horas después.Mordisco a un policía. Una mujer acudía un jueves de noviembre de 1993 al teatro de la Zarzuela. Aparcó su coche en la trasera del Congreso de los Diputados, donde está prohibido estacionar excepto para el personal de la Cámara baja. Un agente del Cuerpo Nacional de Policía se acercó para advertirla. A la mujer le hizo poca gracia, de forma que le dio un mordisco. El agente fue dado de baja con un gran hematoma, y a ella se la llevaron a comisaría. Atropello a un agente. Un conductor no identificado arrolló con su vehículo a un agente municipal que le dio el alto en un control de alcoholemia, en noviembre de 1993. El agresor se dio a la fuga, y el, funcionario tuvo que ser atendido de la fractura de varias, vértebras y una fisura en la tibia.

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