El Gobierno cree que el pacto con CiU cambiará la imagen de provisionalidad

El Gobierno cree que la rebelión de Ventura Pérez Mariño no va a enturbiar los efectos positivos del debate sobre el estado de la nación, que servirán para superar la imagen de provisionalidad. Así lo dijo el titular de Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, al terminar el Consejo de Ministros, que ayer hizo balance del debate. El Ejecutivo se esforzó en negar que el golpe de efecto de Pérez Mariño incremente su imagen de vulnerabilidad. Pérez Rubalcaba destacó que lo que cuenta son los efectos estabilizadores del programa pactado en el Parlamento entre el PSOE y CiU.El Gobierno da por d...

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El Gobierno cree que la rebelión de Ventura Pérez Mariño no va a enturbiar los efectos positivos del debate sobre el estado de la nación, que servirán para superar la imagen de provisionalidad. Así lo dijo el titular de Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, al terminar el Consejo de Ministros, que ayer hizo balance del debate. El Ejecutivo se esforzó en negar que el golpe de efecto de Pérez Mariño incremente su imagen de vulnerabilidad. Pérez Rubalcaba destacó que lo que cuenta son los efectos estabilizadores del programa pactado en el Parlamento entre el PSOE y CiU.El Gobierno da por descontado que Pérez Mariño no arrastrará a ningún militante del PSOE y que el debate va a tener el efecto previsto de tirón político para el partido, en puertas de la precampaña para los comicios del 28 de mayo. Su efecto negativo es simplemente de imagen, a juicio del Gabinete.

En sus deliberaciones sobre el balance del debate, el Consejo de Ministros resaltó el afianzamiento de la mayoría parlamentaria, con el pacto para un año entre los socialistas y CiU. El pacto supone un paso adelante, a partir del simple telefonazo entre Felipe González y Jordi Pujol, hasta el establecimiento de unos mecanismos de consulta entre ambas formaciones para las decisiones políticas de importancia.

El Ejecutivo destacó las consecuencias políticas de establecer un programa para un año, con lo que se despeja un horizonte inexistente hasta ahora. Su reto para las próximas semanas es superar la imagen de provisionalidad existente, alimentada por la continua petición de elecciones anticipadas por parte de los líderes de los dos partidos más importantes de la oposición.

No al anticipo

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El secretario general de Convergència, Miquel Roca, abonó ayer esta posición: "Se ha acabado ya de hablar de elecciones adelantadas. Ya no vale la pena discutir más sobre el asunto, y la oposición debe aceptar democráticamente este hecho".

La pretensión del Gobierno es dar por sentado tras el debate que no va a haber elecciones anticipadas, pase lo que pase en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. El alto estado mayor del Gobierno-PSOE apunta la posibilidad de que en esos momentos se produzca un cambio de Gobierno para dar un nuevo impulso que neutralice los previsibles malos resultados de esos comicios.

Pérez Rubalcaba anunció ayer una próxima reunión con sindicatos y patronal para explicarles el contenido de la resolución aprobada el jueves. No dio plazos, sin embargo, para constituir una mesa de negociaciones con los sindicatos para incentivar la contratación indefinida.

En medios gubernamentales se considera que el PP tendrá que cambiar su estrategia, centrada en la petición de adelanto de elecciones. A su juicio, el encastillamiento de José María Aznar en esa tesis es una de las claves de su derrota frente a González.

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