Armas

Recientemente, durante el tiempo que estuve trabajando en Estados Unidos, europeos y estadounidenses no dejábamos de polemizar acerca de la tenencia de armas en nuestros respectivos países. La Constitución estadounidense es la única que ampara el derecho del ciudadano/a a ir armado y dice, expresamente, que nadie podrá quitarle ese derecho. Los europeos nos jactábamos de nuestra envidiable situación y pacífica predisposición en estas cuestiones. Nada más incierto: España es el país europeo con más licencias de armas (escopetas de caza). El arma corta (es decir, una pistola) es difícil de conse...

Recientemente, durante el tiempo que estuve trabajando en Estados Unidos, europeos y estadounidenses no dejábamos de polemizar acerca de la tenencia de armas en nuestros respectivos países. La Constitución estadounidense es la única que ampara el derecho del ciudadano/a a ir armado y dice, expresamente, que nadie podrá quitarle ese derecho. Los europeos nos jactábamos de nuestra envidiable situación y pacífica predisposición en estas cuestiones. Nada más incierto: España es el país europeo con más licencias de armas (escopetas de caza). El arma corta (es decir, una pistola) es difícil de conseguir, pero tampoco imposible: muchas de las armas cortas que hay en este país pertenecen a miembros federados en tiro olímpico, aunque muchos no hayan practicado tiro olímpico en su vida.Las escopetas se consiguen reuniendo unas 100.000 pesetas; pasando un test psicotécnico, rellenando la ficha de la licencia, y ya está, una persona armada más. Además, en este país llevan armas los vigilantes de empresas de seguridad privadas que aprobaron las pruebas correspondientes, los policías que no están de servicio, los guardias que dirigen el tráfico...

En las navidades de hace dos años, el producto estrella fueron las pistolas de imitación, que ahora ya son legales. La propia Guardia Civil advirtió del peligro de legalizar plenamente la venta de imitaciones tan realistas.

Si a uno lo encañonan con una pistola, por mucha imitación que sea el susto no se lo quita ni yendo a Lourdes.-

Xosé Castro Roig.