Un contrato millonario mina el prestigio de Gingrich en EEUU

La gran repercusión del escándalo sobre su millonario contrato para escribir un libro ha minado rápidamente el prestigio del nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien tendrá que hacer frente en los próximos días al Comité de Ética del Congreso para responder sobre sus finanzas. Gingrich salió este fin de semana en su propia defensa para calificar las criticas de "grotescas" y describirse a sí mismo como "un revolucionario" enfrentado a un grupo de "reaccionarios" en Washington.

El Partido Demócrata centró toda su actividad durante esta primera semana de traba...

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La gran repercusión del escándalo sobre su millonario contrato para escribir un libro ha minado rápidamente el prestigio del nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien tendrá que hacer frente en los próximos días al Comité de Ética del Congreso para responder sobre sus finanzas. Gingrich salió este fin de semana en su propia defensa para calificar las criticas de "grotescas" y describirse a sí mismo como "un revolucionario" enfrentado a un grupo de "reaccionarios" en Washington.

El Partido Demócrata centró toda su actividad durante esta primera semana de trabajo intenso en el Capitolio en atacar a Gingrich por el caso del libro. Los republicanos, que son mayoría en ambas Cámaras, impidieron el tratamiento formal de ese asunto, en las sesiones, pero ello dio lugar a un clima de enfrentamiento que abortó cualquier intento de actividad estrictamente legislativa.El caso del libro por el que, Gingrich debía haber cobrado cuatro millones y medio de dólares (más de 600 millones de pesetas), sólo en concepto de anticipo, se presentaba como un obstáculo también para todo el programa republicano, conocido como "Contrato con América". "¿Es un contrato con América o un contrato con Rupert Murdoch?", se preguntaba en el Congreso una diputada demócrata, en mención al empresario australiano que controla la editorial que publicará el libro.

Ante ese clima, profusamente recogido por los medios de comunicación, incluso algunos republicanos parecen haber presionado en privado a Gingrich para que acepte una investigación sobre sus finanzas.

En ese contexto, Gingrich llegó a un compromiso el viernes con el jefe de la minoría demócrata en la Cámara, Richard Gephardt, para resucitar el Comité de Ética, que no había podido ser constituido aún en este pe riodo legislativo por diferencias entre los dos partidos. El comité estudiará inicialmente un caso pendiente contra Gingrich por presunto uso de fondos de campaña electoral para financiar un curso de política e historia americana en la universidad de Georgia en la que él impartía clases hasta recientemente. Pero parece probable que esa investigación termine por afectar también al episodio del libro. Así lo ha prometido, por lo menos, uno de los representantes demócratas que integran el comité, Ben Jones.

El argumento de Jones es que el libro que editará Harper Collins -en realidad se trata de dos volúmenes- recogerá precisamente las teorías que Gingrich expuso en ese curso irregularmente financiado.

Newt Gingrich saltó personalmente a la Palestra el Viernes para hacer frente a toda esta cadena de acusaciones contra él En un discurso ante entusiasmados militantes de su propio partido, Gingrich recuperé un tono de gran agresividad contra los demócratas, contra Hillary Clinton, contra la prensa -calificó de "basura" una información del diario The Washington Post- y contra el clima político de Washington en general.

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Gingrich dijo que toda esta campaña era "asquerosa" y que su único objetivo era impedir la aplicación del programa de cambios republicano.

Dijo que sólamente había hablado una vez en su vida con Murdoch, aunque no detalló sobre qué trató la conversación. Esa entrevista, celebrada en noviembre pasado, tras la victoria electoral republicana, despertó sospechas porque Murdoch, que posee también un canal de televisión en Estados Unidos, está pendiente de decisiones parlamentarias que pueden afectar seriamente a sus negocios.

Gingrich aseguró que estos ataques contra su persona no impedirán la extensión de la revolución conservadora iniciada con las elecciones del 8 de noviembre. Pronosticó que el año próximo los republicanos ganarán la presidencia y ampliarán su mayoría en ambas Cámaras. Y fijó exactamente para abril de 1997 el momento en que Estados Unidos comenzará a aparecer como el paraíso conservador que él describirá en su publicitado libro.

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