Borís, Víktor y Andréi

Si no hay peor sordo que el que no quiere oír, entonces Warren Christopher sufre una grave sordera. Al mismo tiempo. que Borís Yeltsin afirmaba en Moscú que no tenía. problema en negociar con los dirigentes chechenos, el secretario de Estado norteamericano decía confiado en Ginebra que los rusos habían entendido el mensaje de los occidentales y las lecciones de la guerra en Chechenia. El aparente candor del responsable de la diplomacia estadounidense es semejante a la duplicidad de los dirigentes rusos que multiplican sus señuelos en dirección a los occidentales desde el inicio de su intervenc...

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Si no hay peor sordo que el que no quiere oír, entonces Warren Christopher sufre una grave sordera. Al mismo tiempo. que Borís Yeltsin afirmaba en Moscú que no tenía. problema en negociar con los dirigentes chechenos, el secretario de Estado norteamericano decía confiado en Ginebra que los rusos habían entendido el mensaje de los occidentales y las lecciones de la guerra en Chechenia. El aparente candor del responsable de la diplomacia estadounidense es semejante a la duplicidad de los dirigentes rusos que multiplican sus señuelos en dirección a los occidentales desde el inicio de su intervención en Chechenia. (...) Víktor Chernomirdin, el primer ministro, juega sobre un registro más matizado. Es el hombre del diálogo, que habla de negociación sin proporner jamás una verdadera alternativa a los chechenos, si no es la de deponer las armas y esperar a que se instaure la paz rusa. (...) En cuanto a Andréi Kozirev, está encargado de presentar al exterior un embalaje seductor dé la política rusa, lejos de los cadáveres de Grozni. (...) Es, además, un hombre encantador que habla muy bien el inglés, cualidad considerada por las diplomacias occidentales como una patente de democracia. (...) La única lógica que le queda al Kremlin es la de una guerra a ultranza. (...) Occidente parece haber elegido dejarse engañar por Borís, Víktor y Andréi en vez de atender a las llamadas de auxilio de los chechenos y los mensajes de los demócratas rusos. 20 de enero

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