Cartas al director

Techos

Aprovecho por primera vez esta vía de comunicación con el único propósito de esclarecer o corregir una expresión. aparecida en una de las cartas que su diario publicó el 9 de diciembre de 1994. En ella se hacía una defensa totalmente lícita del Mulhacén frente a la instalación de una base militar en sus inmediaciones. Sin entrar en esa polémica, he de confesar que me sorprendió que dentro de sus argumentos el señor Expósito calificara a esa cumbre de indudable belleza como "el techo de España". Comprendo que cuando una persona defiende los intereses de su tierra con tanto énfasis pueda llegar ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Aprovecho por primera vez esta vía de comunicación con el único propósito de esclarecer o corregir una expresión. aparecida en una de las cartas que su diario publicó el 9 de diciembre de 1994. En ella se hacía una defensa totalmente lícita del Mulhacén frente a la instalación de una base militar en sus inmediaciones. Sin entrar en esa polémica, he de confesar que me sorprendió que dentro de sus argumentos el señor Expósito calificara a esa cumbre de indudable belleza como "el techo de España". Comprendo que cuando una persona defiende los intereses de su tierra con tanto énfasis pueda llegar a olvidar el resto del territorio nacional, cometiendo un error, más que de apreciación de geografía.Pero, lamentablemente, bajo esas palabras no sólo se desconoce la realidad física de España, sino que se excluye de forma peligrosa a toda una comunidad autónoma como es la Canaria.

Cuando media nación escucha diariamente a la otra mitad buscando el mínimo pretexto para reivindicar cualquier tipo de nacionalismo desmesurado, no es consecuente cometer este tipo de errores, susceptibles de ser malinterpretados.

Por ello, a pesar de que creo que el fallo no fue intencionado, rogaría al señor Expósito que no separara más a mi tierra de lo que ya la aleja la geografía, ya que con ese tipo de declaraciones no sólo se autodescalifica públicamente, sino que además facilita la labor de aquellas personas que se dedican a deteriorar las relaciones entre las diferentes comunidades de nuestra nación en busca de no sé qué beneficio.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Esperando que todo haya sido un malentendido, le invito a visitar el Teide, que, a pesar de ser el más alto, nunca me he atrevido a ponerle techo.

Archivado En