Un gol al cáncer

La Escuela de Fútbol de Carabanchel busca fondos para operar a un jugador

La Escuela de Fútbol de Carabanchel se enfrenta un partido muy duro un contrincante es un tumor cerebral maligno que ha puesto en jaque la vista de uno de sus jugadores, Christian de la Torre, de 14 años. El único rayo de esperanza se no han dado en el centro especialicazo en Oncología de Houston (Texas), en Estados Unidos. Pero la operación y -el tratamiento cuestan 23 millones de pesetas, un precio excesivo para una familia de clase media.Así que los 325 chavales entre los 5 y 18 años de la escuela y sus entrenadores se han puesto a buscar ayuda económica y han abierto la cuenta 4500028631 e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Escuela de Fútbol de Carabanchel se enfrenta un partido muy duro un contrincante es un tumor cerebral maligno que ha puesto en jaque la vista de uno de sus jugadores, Christian de la Torre, de 14 años. El único rayo de esperanza se no han dado en el centro especialicazo en Oncología de Houston (Texas), en Estados Unidos. Pero la operación y -el tratamiento cuestan 23 millones de pesetas, un precio excesivo para una familia de clase media.Así que los 325 chavales entre los 5 y 18 años de la escuela y sus entrenadores se han puesto a buscar ayuda económica y han abierto la cuenta 4500028631 en la sucursal 1717 de Cajamadrid. Se han rascado los bolsillos y han pegado pasquines en los comercios de Carabanchel pidiendo apoyo.

También,han recurrido a deportistas famosos. Incluso algunos niños se han dedicado a pedir por las tiendas por su cuenta con consiguiente sorpresa de los tenderos. "Unos chavalines nos trajeron el otro día 38.000 pesetas ue habían recaudado por el barrio" explica Paco, uno de los entrenadores de la escuela.

Mientras todo su entorno se moviliza, Christian permanece algo ajeno a su situación. Muy nervioso, sin poder dormir y moviéndose sin descanso de un, lado para otro, pregunta a todo el mundo cosas olvidándose de las respuestas en cuestión de segundos. Su familia y sus amigos dicen que el tumor ha alterado su carácter

En dos años voy a jugar en el Real Madrid, sueña ufano, vestido con la camiseta de este equipo. La expresión de su padre se hace aún más amarga y reconcentrada cuendo escucha al chaval hacer planes de futuro.

Este jugador del equipo de cadetes empezó, a sentirse mal el pasado verano. Sufría fuertes dolores de cabeza, mareos y vómitos., Todas estas molestias se agravaron con el comienzo de curso. Estaba muy nervioso y sufría pérdidas de memoria. El médico de cabecera le remitió al psicólogo¿ Poco después le diagnosticaron cefaleas. Y seguía empeorando.

El 25 de noviembre sus padres, ya alarmados, le llevaron a las urgencias del hospital Doce de Octubre, empeñados en que le hicieran un escáner para salir de dudas. 'Ta doctora que le atendió dijo que no era necesaria esa pruéba, se negó a hacérsela y nos recomendó que llevásemos a nuestro hijo a una consulta psiquiátrica,explica Plácido de la Torre, el padre, de 37-años, administrativo del metro madrileño. "Es la única experiencia negativa que hemos tenido con los médicos", matiza. , :

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Horas después, graclas a una amiga, consiguieron -el escáñer. El resultado de esta prueba y, de una biopsia practicada más tarde fue contundente: -su hijo tenía un tumor maligno ramificado por el cerebro.

"Decidieron no extirpárselo porque se encuentra en un Iugar muy delicado, y nos propusieron iniciar un tratamiento de químico y radioterapia con muy pocas esperanzas" añade Pilar Alejo, dé 36 años, la madre, que trabaja en una escuela infantil. En la Clínica Universitaria de Navarra les pintaron un panorama similar.

En medio de su desesperación oyeron hablar del centro de Houston. "El 30 de diciembre, después de pedirnos numerosos datos médicos sobre el chico, nos contestaron que velan víable la operación Y nos ofrecieron alguna ex pectativa de vida" aseguran.

"Nos hemos agarrado a la única esperanza, cualquier padre haría lo mismo, estamos pensando en hipotecar el piso, en pedir préstamos, todo con tal de que nuestro hijo viva", añaden estos padres. Ellos y los jugadores de la escuela van a quemar el último cartucho, para que Christian siga en el equipo.

Archivado En