Ingresan en prision los doce condenados por agresiones racistas en Huesca

A primera hora de la tarde de ayer ingresaron en la prisión provincial de Huesca las 12 personas condenadas por las agresiones a varios magrebíes, ocurridas durante el verano de 1992, en la localidad de Fraga. El encarcelamiento se ha producido una vez que se han agotado todas las vías de recurso. El Tribunal Constitucional ha desestimado la petición de la defensa de que se suspenda la ejecución de esta parte de la sentencia, a la espera de que el Gobierno resuelva el expediente de indulto que se tramita en estos momentos por el Ministerio de Justicia e. interior.

Ante las puertas del c...

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A primera hora de la tarde de ayer ingresaron en la prisión provincial de Huesca las 12 personas condenadas por las agresiones a varios magrebíes, ocurridas durante el verano de 1992, en la localidad de Fraga. El encarcelamiento se ha producido una vez que se han agotado todas las vías de recurso. El Tribunal Constitucional ha desestimado la petición de la defensa de que se suspenda la ejecución de esta parte de la sentencia, a la espera de que el Gobierno resuelva el expediente de indulto que se tramita en estos momentos por el Ministerio de Justicia e. interior.

Ante las puertas del centro penitenciario se produjeron algunos incidentes protagonizados por familiares y amigos de los condenados que, insultaron y amenazaron a los representantes de los medios de comunicación que estaban cubriendo la información. Un familiar de uno de los reclusos agredió a uno de los reporteros gráficos, causándole la rotura de la cámara.El rechazo de las últimas peticiones para retrasar el encarcelamiento causó malestar y crispación en la población de la que son originarios los condenados. El juez encargado de la ejecución de la sentencia (dos años y cuatro meses de reclusión para cada uno de los condenados) decidió ordenar la presentación de los jóvenes una vez transcurridas las fiestas navideñas. El indulto solicitado para los agresores racistas fue respaldado por el plenario del Ayuntamiento de Fraga y acompañado por varios miles de firmas recogidas en toda la comarca.

Tras los habituales días de aislamiento, los nuevos reclusos podrán integrarse en el régimen ordinario de la cárcel y acceder a una rápida clasificación, en segundo grado de régimen penitenciario, ante la carencia de antecedentes penales, siempre y cuando no observen un comportamiento conflictivo. Esto les permitirá, también, tener una ocupación en el centro penitenciario, lo que reducirá el tiempo de su permanencia en prisión y facilitará el acceso a correspondientes beneficios carcelarios. El abogado defensor afirmó ayer que había pedido para sus defendidos la aplicación del tercer grado.

Los hechos por los que ahora han ingresado en la cárcel estas 12 personas se remontan al verano de 1992 y a la noche en que un grupo numeroso de individuos se congregó en un bar del centro de Fraga y, tras armarse con palos y otros elementos contundentes, decidieron acudir a la zona de La Pinada, junto al campo de fútbol. En aquellos parajes pernoctaban habitualmente diversos trabajadores temporeros inmigrantes.

Una vez en el lugar, y mientras una parte del grupo que había acudido hasta allí se mantenía al margen, los ahora condenados (según recoge la sentencia) se dirigieron hacia una caseta en la que dormían varios magrebíes a los que agredieron con los palos que llevaban preparados. Los inmigrantes intentaron huir entre los árboles y fueron perseguidos por el grupo que les siguió golpeando. Uno de los heridos llegó, más tarde, a perder un dedo de una de las manos.

La posterior intervención de efectivos de la Guardia Civil puso fin a la agresión y permitió la detención de los supuestos responsables. El gran número de implicados en la acción racista y su pertenencia a conocidas familias de la localidad fragatina, provocó serios incidentes en la comarca que se saldaron con enfrentamientos entre manifestantes que reclamaban la puesta en libertad de los arrestados y las fuerzas antidisturbios. Al igual que ocurriera ayer ante la puerta de la cárcel, también entonces se produjeron agresiones y amenazas a los representantes de los medios de comunicación.

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