Cartas al director

Atascos en Madrid

Me gustaría decir que soy una resignada ciudadana de Madrid que ha aprendido a vivir la mitad de su tiempo en el coche sin otro alivio que la radio y las caras atormentadas de los conductores próximos. Lo cierto es que él caótico tráfico, que nadie sabe resolver en esta ciudad, no me ha vuelto un ser conformado, sino una persona cabreada, irascible, nerviosa, carente de humor y tremendamente indignada. Cada día que en Madrid llueve, hay niebla, se produce un atropello, nieva, se registra una rotura o un camión se empotra en algún muro, esta capital es un infierno. Y no es gratuito lo que digo....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Me gustaría decir que soy una resignada ciudadana de Madrid que ha aprendido a vivir la mitad de su tiempo en el coche sin otro alivio que la radio y las caras atormentadas de los conductores próximos. Lo cierto es que él caótico tráfico, que nadie sabe resolver en esta ciudad, no me ha vuelto un ser conformado, sino una persona cabreada, irascible, nerviosa, carente de humor y tremendamente indignada. Cada día que en Madrid llueve, hay niebla, se produce un atropello, nieva, se registra una rotura o un camión se empotra en algún muro, esta capital es un infierno. Y no es gratuito lo que digo. Ir del sur, donde vivo yo, al norte, donde trabajo, es exactamente igual que ir y volver, parando entre medias, de Huesca a Zaragoza y de Zaragoza a Huesca, por poner un ejemplo. O sea, desesperante. Creo que la incapacidad del alcalde para solucionar este problema es tan manifiesta que pretende escurrir el bulto arreglando una plaza, la de Oriente, aunque nadie se lo haya pedido nadie. Pero qué cara tiene, y que no me venga con que use el transporte público. En ninguna capital europea el tráfico rodado es tan siniestro, esquizofrénico y angustioso como aquí. Por si no ha caído aún, que empiece a prever qué hacer la próxima maña na que haya niebla. Es para no pasar dos horas metida en mi ataúd con ruedas.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En