Cartas al director

Literatura infantil y juvenil

Desde hace unos dos años vengo observando que en su periódico han dejado de publicar una sección dedicada a la literatura infantil y juvenil. Es posible que el criterio seguido para esta decisión sea la ausencia de jóvenes lectores de EL PAÍS. Me parece un error. Primero, porque cada vez somos más los educadores que utilizamos el periódico en las aulas. Actividades como recortar, analizar o clasificar titulares sobre ecología, racismo, cultura, etcétera, constituyen un recurso didáctico que, entre otros objetivos, facilita el manejo de la prensa no sólo a los alumnos, sino también a las propia...

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Desde hace unos dos años vengo observando que en su periódico han dejado de publicar una sección dedicada a la literatura infantil y juvenil. Es posible que el criterio seguido para esta decisión sea la ausencia de jóvenes lectores de EL PAÍS. Me parece un error. Primero, porque cada vez somos más los educadores que utilizamos el periódico en las aulas. Actividades como recortar, analizar o clasificar titulares sobre ecología, racismo, cultura, etcétera, constituyen un recurso didáctico que, entre otros objetivos, facilita el manejo de la prensa no sólo a los alumnos, sino también a las propias familias poco habituadas a leer la prensa. Y segundo, porque ¿de dónde van a salir los futuros lectores adultos si no es de los adolescentes de hoy?Antes de aparecer Babelia venía una página en el suplemento Libros dedicada a la literatura infantil y juvenil, en la que se presentaban las últimas novedades y aparecía la lista de libros más vendidos. La teníamos siempre clavada en el tablón de la clase. Ahora todo aquello ha quedado en un mínimo recuadro de Pequeño País. Para leer, que algunas veces como en el número del 20-11-1994, tampoco aparece.

He participado en numerosas campañas de animación a la lectura para adolescentes y estoy convencido de que ahí está la clave para hacer lectores adultos. Los jóvenes que ahora descubren el placer de leer a Roal Dahl, Ángela Sommer o Juan Muñoz, mañana podrán disfrutar también con Antonio Gala, Rosa Montero o José Luis Sampedro, por citar algunos. También es cierto que no faltan autores que tienen el mérito de gozar del agrado de pequeños y mayores, como pueder ser Julio Llamazares, pero son los menos.

Me gustaría que EL PAÍS dedicara algún espacio a la literatura infantil y juvenil, donde tuvieran cabida también experiencias escolares sobre animación a la lectura.-

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Profesor.

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