LA LUCHA INTERNACIONAL CONTRA LA DELINCUENCIA

Tentáculos de policía

Interpol-Madrid ha canalizado este año 100.000 datos de criminales y terroristas buscados, por otros países

JESUS DUVA JORGE A. RODRÍGUEZ El cartapacio número 6260-14 esconde más de 100 documentos con comunicaciones internacionales sobre el hombre más buscado: el prófugo Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil. Papeles procedentes de Pretoria, Luanda o Uruguay, números de cuentas, teléfonos o la cédula internacional de búsqueda, se acumulan en este legajo de las oficinas de Interpol-España, un centro de tráfico de investigación donde cada año se cruzan y analizan 100.000 informaciones sobre toda clase de delincuentes y delitos. Es el núcleo vital de los tentáculos de la policía ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

JESUS DUVA JORGE A. RODRÍGUEZ El cartapacio número 6260-14 esconde más de 100 documentos con comunicaciones internacionales sobre el hombre más buscado: el prófugo Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil. Papeles procedentes de Pretoria, Luanda o Uruguay, números de cuentas, teléfonos o la cédula internacional de búsqueda, se acumulan en este legajo de las oficinas de Interpol-España, un centro de tráfico de investigación donde cada año se cruzan y analizan 100.000 informaciones sobre toda clase de delincuentes y delitos. Es el núcleo vital de los tentáculos de la policía española en el resto del mundo.

El de Roldán es un caso pendiente, aunque de sus andanzas antes y después de salir de España se van conociendo cada vez más datos. Por ejemplo, que se llevó unos 700 millones de pesetas en efectivo y cheques de viaje, con los que ha podido vivir sin agobios su ya prolongada fuga de nueve meses, según diversas investigaciones policiales.

También hay indicios que hacen pensar a la policía que el ex director del instituto armado está protegido por uno de los grupos internacionales que se dedican a esconder y amparar delincuentes a cambio de 10.000 dólares mensuales (más de 1,3 millones de pesetas), según fuentes conocedoras del caso. Igualmente se sospecha que el célebre fugitivo logra, a través de un compleja maraña de intermediarios, hacer llegar noticias de su estado y su paradero a su familia. Cuatro comisiones rogatorías (dos a Francia y dos a Suiza) han salido para hacer averiguaciones sobre este ex alto cargo de Interior, convertido en el objetivo número uno de la policía.Interpol ha hecho gestiones con sus colegas de todo el mundo, ha distribuido su foto y la huella dactilar de su índice derecho, y ha pedido que se le detenga allí donde sea visto. Igual que otro de los delincuentes más famosos de España, Antonio Anglés, el presunto asesino de las tres niñas de Alcásser (Valencia) en 1992. Sus dos caras (rubio y moreno) y las huellas de los 10 dedos de sus manos están distribuidas por los 176 países en los que opera Interpol, una agencia internacional de lucha contra el crimen. El abultado cartapacio marrón de Anglés, con el número 5866/1, guarda cerca de 200 documentos y casi 50 comunicaciones internacionales. Entre ellas un documento procedente de Londres en el que se identifica a un ciudadano español estudiante de inglés que levantó ciertas sospechas por su gran parecido físico con el mayor de los Anglés, un hombre del que se sospecha que está oculto en América del Sur, quizá en Brasil.

Interpol ha asumido que el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo no se detienen ante las barreras fronterizas, por lo que la lucha contra tales fenómenos tampoco puede tener fronteras: tiene que internacionalizarse. La sede central de Interpol en Lyon (Francia) alberga las fichas de tres millones de delincuentes que han campeado por el mundo desde la fundación de la oficina, en 1914. La colaboración entre los distintos Estados llega al punto de que Interpol ha ofrecido sus servicios al tribunal especial que juzgará los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia para localizar y poner a su disposición a los criminales de esta contienda. Igual que ya hizo con los criminales nazis después de la segunda guerra mundial.Crímenes de guerra

Así como los crímenes de guerra de la antigua Yugoslavia han pasado a ser objeto de trabajo de Interpol también lo es el terrorismo, considerado un delito común y no político por los países integrantes de esta organización policial, que adoptaron una resolución en este sentido en 1984. Desde Madrid, por ejemplo, se centralizan las órdenes internacionales de detención de etarras y las comisiones rogatorias judiciales. En el caso de Francia, existe una intercambio frecuente de información sobre terroristas de ETA y a la vez el vecino del norte ha requerido a España información sobre supuestos terroristas islámicos en nuestro país.

El comisario jefe de Interpol-Madrid, Manuel Prieto, recuerda que los policías franceses han requerido a sus colegas españoles datos sobe supuestos activistas islámicos. "Nosotros teníamos datos sobre uno de los supuestos asesinos de dos españoles en un hotel de Marruecos, en agosto pasado. Estos datos fueron facilitados a Francia y eso facilitó su detención", afirma.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En este trasiego de información sobre el terrorismo islámico ha participado Argelia, país que actualmente provoca más cantidad de trabajo, especialmente a Francia y que rebota a España. La avalancha de atentados en el Magreb ha hecho que las autoridades de Argel hayan tramitado en los últimos meses multitud de requerimientos sobre delitos y personas, "una actividad que se está reflejando en el volumen de trabajo de Interpol", explica Prieto. Al terrorismo islámico, una vez más, se le da la connotación de delito común, porque de otro modo Interpol no podría intervenir por tener vetado como campo de actuación los asuntos políticos, raciales, militares y religiosos.

Interpol tiene oficinas en cada uno de los 176 países asociados (los últimos en incorporarse han sido Moldavia y Uzbekiztán, en septiembre pasado) y una sede central en Lyon, ciudad donde tuvo que desplazarse después de que la antigua sede en Francia sufriera dos atentados con bombas de terroristas centroeuropeos.

En el acristalado edificio de Lyón, coronado por potentes antenas que comunican con el planeta entero, trabajan permanentemente 300 policías de todo el mundo, tres de ellos españoles. Uno de éstos es Miguel Chamorro, jefe del gabinete técnico del secretario de la organización, el superintendente británico Raymond Kendall. España, además, es miembro del comité europeo de Interpol.

El posible babel de lenguas de la organización se supera con la adopción de cuatro idiomas de trabajo (español, francés, inglés y árabe) y los funcionarios que trabajan en Lyón están obligados a conocer al menos tres de ellos. Estos funcionarios, con aspecto de ejecutivos de una multinacional, están organizados en ocho grupos de trabajo, cada uno de ellos especializados en una materia: coordinación, apoyo, intercambio de información, dotación de medios (entre ellas secráfonos para codificar las comunicaciones), formación...La excepción brasileña

Interpol tiene siete estaciones regionales y una oficina en cada país, salvo en Brasil, que por razones de dificultades de comunicación por las enormes extensiones selváticas, cuenta con sedes en Brasilia, Rio de Janeiro y Sao Paulo.

España depende directamente de la central de Lyon y tiene su oficina central de Interpol en Madrid, donde trabajan 60 policías encargados de analizar informaciones y coordinar investigaciones, sirviendo de paraguas a la colaboración internacional * No se ahogan los contactos bilaterales entre servicios policiales con buenas relaciones ya establecidas, como ocurre entre cuerpos policiales de España y de Francia. Igualmente están organizados en ocho grupos: análisis de información general, extradiciones, comisiones rogatorias, delitos contra la propiedad, delitos económicos y falsificaciones, atentados contra las personas, delincuencia organizada y estupefacientes.

Además, otros 50 agentes españoles están diseminados por las embajadas en el extranjero para servir de enlace con las fuerzas de seguridad de estos países. "Para un policía de cualquier país que investiga un delito conectado con España es más fácil contactar con los enlaces de Interpol que enrredarse a investigar qué servicio ha tratado el tema que él tiene entre manos", explica Prieto, un veterano comisario que siente debilidad por la investigación de homicidios.

El 90% de los agentes que trabajan en Interpol-Madrid es licenciado en Derecho o Ciencias Económicas, habla al menos dos idiomas, procede, de brigadas operativas de lucha directa contra el crimen y son especialitas en análisis de información.

Las terminales de Interpol-Madrid no paran ole escupir permanentemente télex y mensajes cifrados de los lugares más recónditos del mundo con todo tipo de detalles sobre las actividades criminales de delincuentes de todos los pelajes.

Hay datos que dan idea del trabajo ejecutado, coordinado u ordenado por estos funcionarios. La policía española ha detenido durante 1994 a 152 delincuentes que han sido reclamados por diversos países a través de la Interpol. Uno de ellos es un pistolero británico a sueldo que fue capturado nada más poner el pie en el aeropuerto de Málaga, impidiéndose así que cumpliera el encargo de matar a un compatriota residente en la Costa del Sol.

Mientras, 28 españoles han sido capturados en el extranjero después de que se emitiera, una orden de busca y captura desde España. Otros logran eludir la persecución a la que están sometidos: son los roldanes y los angleses de turno, cuyo paradero es todavía un misterio. Desde Madrid se han enviado en lo que va de año un total de 159 comisiones rogatorias a 24 países. Por contra, en 308 ocasiones comisiones rogatorias extranjeras han acudido a la capital de España para hacer sus gestiones.

"Además, en muchos servicios policiales que concluyen con éxito no aparece el nombre de Interpol, aunque ha intervenido, como ha ocurrido en numerosos e importantes operaciones antidroga. Se silencia la ayuda prestada por la organización por razones operativas", razona el comisario jefe Prieto.

Pero Interpol no sólo es una enorme maquinaria para la persecución y represión internacional de la delincuencia. También realiza tareas humanitarias como localizar medicinas que no se encuentran fácilmente en el mercado español -fármacos contra enfermedades tropicales, por ejemplo- o de otros países.

Interpol ha llegado a funcionar incluso como el televisivo Quién sabe dónde. Recientemente localizó en una pequeña ciudad colombiana a un español, apellidado Vera Arilla, padre de una periodista, del que ésta no sabía nada desde hace 30 años, cuando abandonó a su familia.La marea del Este

Los últimos años del trabajo de Interpol, desde la caída del muro de Berlín, han estado marcados por la cada vez más estrecha colaboración con los países del este de Europa. Prieto, desde su privilegiado observatorio, asegura haber constatado una explosión en las actividades de grupos delictivos procedentes de esta región, cuyos tentáculos se extienden hasta las costas españolas. La marea de emigrantes de esos países trae a algunos delincuentes mezclados con ciudadanos intachables que sólo buscan una vida mejor.

En este último año se ha detectado la invasión de miembros de las mafias rusas que están penetrando legalmente en España a través de la asociación con empresarios locales. "Es generalmente gente cualificada que conoce los sistemas de información y ha estado implicada en casos de tráfico de drogas". En Alcorcón (Madrid) también han sido localizadas bandas delictivas de origen polaco asociadas con ciudadanos senegaleses que robaban coches de lujo en España y Portugal, para exportarlos a Polonia antes de venderlos en Rusia por 10.000 dólares cada uno.

Mafias búlgaras han establecido lazos con bandas españolas fundamentalmente para el robo y la exportación de vehículos robados. El coche de lujo para los países árabes ha cedido paso a algo más vulgar: el robo de todoterrenos y utilitarios. Los poderosos tentáculos criminales los hace desaparecer por el mundo.

'Blow-up' desde el caballo

¡Mírame, John!". Virginia B. apretó el botón de su cámara sin bajarse de su caballo y congeló la imagen de su amigo en otro corcel. Era el domingo 4 de septiembre del presente año, en un lugar de la costa española.Tras regresar a su país, Virginia llevó a revelar los carretes en los que habían quedado plasmados los momentos de su luna de miel en España. Al recoger las fotografías, Virginia hizo un descubrimiento: al tomar la instantánea de John, sacó involuntariamente unas piernas humanas desnudas que sobresalían de unos arbustos."La foto está ligeramente movida porque disparé la cámara sin bajarme del caballo y en ese momento no me fijé en esas piernas", relata la mujer en una carta entregada a las autoridades británicas.

Inquieta por su descubrimiento, Virginia lo comentó con John y juntos llegaron a la conclusión de que las inoportunas piernas que aparecen en la citada fotografía podrían pertenecer a un cadáver. Quién sabe si los británicos no están influenciados por Blow up, la película de Michelangelo Antonioni -basada en un relato de Cortázar- en la que un reportero toma una foto en un parque y, al revelar, descubre que ha captado involuntariamente un cadáver y parte del rostro del asesino.

El caso es que Interpol-Londres no lo ha dudado y ha enviado la foto de Virginia a sus colegas españoles, pidiéndoles que verifiquen si en la zona ha sido hallado algún cadáver.

"No sabemos todavía nada. Ni siquiera si realmente hay cadáver. Puede que se trate de una persona que estaba echada la siesta, aunque parece que las piernas presentan una extraña rigidez. Se está investigando, por supuesto", asegura el comisario Manuel Prieto.

Mocci, el de la `N'drangheta

El partido Athletic de Bilbao-Parma era la ocasión esperada para verse. Francesco Mocci, huido de la justicia italiana desde 1982, quería reunirse con su hija. El lugar ideal era Bilbao, donde la llegada masiva de aficionados italianos para el partido del 22 de noviembre pasado era una buena tapadera para pasar desapercibido. Pero el plan fue desmotando por Interpol, que tenía órdenes de detenerle allí donde lo encontrara. Mocci, de 45 años, supuesto capo de la mafia calabresa, la temida N'drangheta -especializada en secuestros y extorsiones, fue detenido en el hotel Casco Viejo de Bilbao, sin que pudiera ver a su hija. Mocci entró en España, supuestamente procedente de Colombia, con varios documentos de identidad falsos: uno de ellos a nombre de Luis Francisco Derosa, nacido en 1956 en Bogotá, y otro a nombre de un ciudadano ecuatoriano, dos nacionalidades de las que perfectamente podía ser este hombre de pelo negro, ojos castaños, 1,82 metros de altura y complexión media. Pero la realidad es que nació el 2 de octubre de 1949 en Nicastro, Catanzaro, hijo de Violanda Salatino y Lorenzo Mocci.La justicia italiana le acusa de haber participado, en compañía dle cinco personas -dos de ellas detenidas- en el secuestro del italiano Alessandro Cardi, perpetrado el 5 de noviembre de 1982. La policía liberó a Cardi pocos días después en una casa de campo. Un año antes participó con otras cuatro personas en el secuestro de Gino Isoli, en el que trabajó con otras cuatro personas. Isoli recuperó la libertad tras un mes de cautiverio después de pagar un rescate de 1.000 millones de liras (unos cien millones de pesetas).

La detención en Bilbao de Francesco Mocci, consumada pocas horas después de que se detectara su entrada en España, fue considerada por Interpol como un gran éxito. Mocci sigue encarcelado en España a la espera de que su país culmine los trámites para llevarlo a Italia y juzgarle. Un juzgado de Padua y otro de Verona esperan para poder sentarlo en el banquillo por rapto con fines de extorsión.

Archivado En