El Sanse resbala al son del "pío pío"

Eduardo y Verona consiguieron los goIes del Las Palmas

Dos puntos volaron ayer del campo del Sanse. Los jugadores de Las Palmas se los llevaron, animados a por una hinchada que recurre a la onomatopeya para animar a su equipo: "Pío, pío" es el grito de guerra de los canarios. El conjunto isleño abrió el marcador, dinamizó el partido y lo cerró con un gol a los postres. El Sanse anduvo perdido, aunque tuvo un par de ocasiones claras para levantar el vuelo. No atinó. Fue un partido a medias: nada en la primera parte, todo en la segunda. El gol canario, a los nueve minutos del segundo tiempo, tuvo la virtud de ensanchar el campo y de acelerar el rit...

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Dos puntos volaron ayer del campo del Sanse. Los jugadores de Las Palmas se los llevaron, animados a por una hinchada que recurre a la onomatopeya para animar a su equipo: "Pío, pío" es el grito de guerra de los canarios. El conjunto isleño abrió el marcador, dinamizó el partido y lo cerró con un gol a los postres. El Sanse anduvo perdido, aunque tuvo un par de ocasiones claras para levantar el vuelo. No atinó. Fue un partido a medias: nada en la primera parte, todo en la segunda. El gol canario, a los nueve minutos del segundo tiempo, tuvo la virtud de ensanchar el campo y de acelerar el ritmo. El Sanse tuvo que forzar la máquina, huyendo de planteamientos conservadores, y Las Palmas optó por preparar el juego a la contra. Comenzó el correcalles.

En el minuto 71 llegó la más clara ocasión local. Un error defensivo de la zaga canaria dejaba a Arellano solo ante Manolo. Su disparo, repelido por el meta, llegó a pies de Jorge, que puso la bota y estrelló el balón en el larguero. Las Palmas respondió con un disparo de Paquito que repelía Márquez y el Sanse insistió por mediación de Robert. Pero el larguero volvió a ejercer de talismán canario. Cuando el partido ya sonaba a pitido final, llegaba una jugada de pundonor de Verona que sentenció. la suerte de los sanseros.

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