Mercury, la segunda compañía telefónica británica, despedirá al 20% de su plantilla

Las cosas no han ido tan bien como se esperaba para la compañía telefónica británica Mercury, propiedad de Cable & Wireless. Después de una cruda batalla contra British Telecom (BT) por el mercado de las comunicaciones en el Reino Unido, y pese a un constante incremento en el número de abonados, las pérdidas de la compañía la han forzado a una reestructuración. Ayer, Mercury, anunció en Londres la reducción de entre 1.200 y 2.000 de sus 11.400 empleados. Este ajuste de plantilla, que costará 40 millones de libras esterlinas (unos 8.200 millones de pesetas), debe culminar en diciembre de 19...

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Las cosas no han ido tan bien como se esperaba para la compañía telefónica británica Mercury, propiedad de Cable & Wireless. Después de una cruda batalla contra British Telecom (BT) por el mercado de las comunicaciones en el Reino Unido, y pese a un constante incremento en el número de abonados, las pérdidas de la compañía la han forzado a una reestructuración. Ayer, Mercury, anunció en Londres la reducción de entre 1.200 y 2.000 de sus 11.400 empleados. Este ajuste de plantilla, que costará 40 millones de libras esterlinas (unos 8.200 millones de pesetas), debe culminar en diciembre de 1995.La reducción de beneficios en el último medio año, con una caída de tres millones de libras -600 millones de pesetas- ha obligado a Mercury a tomar esta medida. La compañía reducirá además su perfil en calles y establecimientos públicos -retirará 2.700 cabinas-. Lo cierto es que, pese a contar con un 13% del mercado, Mercury no ha conseguido alzarse con el triunfo en la guerra por los grandes contratos. Su aumento de cuota se ha limitado al de los clientes domésticos infinitamente menos rentables que las grandes compañías.

La batalla de Mercury por el mercado de la telefonía de red fija y móvil en el Reino Unido se inició poco después de que la ex primera ministra, Margaret Thatcher, decidiera privatizar British Telecom, en 1984. Mercury se lanzó a la arena en una situación de relativa ventaja ya que junto a BT disfrutó de una situación defacto de duopolio. Su política de choque por ganar mercado se basó desde el principio en el recorte de precios. Las ofertas de Mercury fueron contestadas por BT. Con un resultado positivo para el mercado: el usuario del teléfono en el Reino Unido ha visto rebajadas hasta un tercio el precio de las llamadas internacionales. Sin embargo, la decisión del Gobierno conservador, en 1991, de romper el mercado, liberalizando totalmente las comunicaciones y concediendo toda clase de franquicias a operadoras telefónicas y a compañías de cable, acabó con la buenaestrella de Mercury.

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