El Club de Roma aboga por adaptar la economía a la necesidad humana

La posible creación de una suerte de Amnistía Internacional dedicada al combate de la corrupción, que vendría en llamarse Transparencia Internacional, fue una de las muchas propuestas de debate abordadas en la asamblea mundial de 1994 del Club de Roma, que se clausuró la tarde del viernes en Buenos Aires. El organismo internacional, que reunió en la capital argentina a la mitad de sus cien miembros y cuadros directivos, dedicó tres jornadas a una profunda reflexión sobre la pobreza en el mundo, el agotamiento de las políticas de empleo, los problemas de la gobernabilidad y la crisis...

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La posible creación de una suerte de Amnistía Internacional dedicada al combate de la corrupción, que vendría en llamarse Transparencia Internacional, fue una de las muchas propuestas de debate abordadas en la asamblea mundial de 1994 del Club de Roma, que se clausuró la tarde del viernes en Buenos Aires. El organismo internacional, que reunió en la capital argentina a la mitad de sus cien miembros y cuadros directivos, dedicó tres jornadas a una profunda reflexión sobre la pobreza en el mundo, el agotamiento de las políticas de empleo, los problemas de la gobernabilidad y la crisis de los valores éticos y morales.

Los asistentes al encuentro de Buenos Aires del Club de Roma, de cuya dirección, forman parte Ricardo Diez Hochleitner, Alexander King, Bertrand Sclineider y el ex-presidente colombiano Belisario Betancur, coincidieron en la conveniencia de revisar los modelos económicos y adaptarlos a las necesidades del hombre. "Ya se habla, por ejemplo, de las ecotasas que penalizarían las tecnologías de gran rendimiento pero que quiten trabajo. Las personas no tienen que estar al servicio de la economía sino al revés", indicaron sus portavoces en una conferencia de prensa.

Los participantes, que trabajaron en comisiones y sesiones abiertas, sostuvieron que las sociedades deben aplicar medidas drásticas contra la pobreza desde el diálogo y el debate, y los gobiernos, sin despreciar las razones de Estado, atender también las razones de la humanidad y de la propia naturaleza. No faltaron las críticas a organismos multilaterales, como el Banco Mundial, a los que se imputó una excesiva burocratización.

La educación, entendida como la promoción de las mejores capacidades del hombre para adaptarse a los cambios mundiales en curso, fue uno de los aspectos fundamentales del encuentro anual del organismo.

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