Los inculpados del 'caso Filesa' alegan ignorar la financiación del PSOE

"¿Ha dicho usted la verdad?". "Sí". "¿Seguro?". "Seguro. Si , no habría contestado". "¿Toda la verdad?". "Absolutamente". El interrogatorio del diputado de CiU Josep López de Lerma al ex consejero delegado de la imprenta Hauser y Menet, que supuestamente facturó a Filesa trabajos para la campaña electoral socialista de 1989, revela el clima que se vivió ayer en la Comisión sobre Financiación de los Partidos Políticos: una anticipación de lo que será en su día el juicio por presunta financiación ilegal del PSOE.

Resultaba inevitable que las sesiones de la comisión del Congreso que in...

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"¿Ha dicho usted la verdad?". "Sí". "¿Seguro?". "Seguro. Si , no habría contestado". "¿Toda la verdad?". "Absolutamente". El interrogatorio del diputado de CiU Josep López de Lerma al ex consejero delegado de la imprenta Hauser y Menet, que supuestamente facturó a Filesa trabajos para la campaña electoral socialista de 1989, revela el clima que se vivió ayer en la Comisión sobre Financiación de los Partidos Políticos: una anticipación de lo que será en su día el juicio por presunta financiación ilegal del PSOE.

Resultaba inevitable que las sesiones de la comisión del Congreso que investiga las finanzas de los partidos se convirtieran en una réplica pública de los interrogatorios realizados en secreto por el juez Barbero.Si las consecuencias del procedimiento parlamentario y judicial son distintas -políticas en el primero, penales en el segundo- la base de la que deben partir es la misma: los hechos probados. Y a probar el hecho fundamental, la financiación irregular del PSOE a través de un entramado empresarial, se aplicaron a fondo los portavoces de la oposición.

A diferencia de la actitud que mantuvo el jueves el ex tesorero del Grupo Parlamentario Carlos Navarro, quien se negó en redondo a contestar cualquier pregunta, los dos comparecientes de ayer, el secretario de Organización del Partit dels Socialistes de Catalunya Josep María Sala, y el antiguo consejero delegado de Hauser y Menet José Ramón Lorenzo Elvira, se explayaron en declaraciones exculpatorias de su conducta, pero alegaron ignorancia en todo lo referido a la financiación del PSOE.

La prueba definitiva pareció al alcance de la mano cuando los diputados de la oposición esgrimieron una fotocopia de EL PAÍS del 27 de marzo de 1993, en la que se reproducía la factura girada por Hauser y Menet al PSOE por 19.728.967 pesetas y la orden del director comercial de la imprenta al director financiero de anularla "por haber realizado factura posterior a nombre de Filesa". En marzo de 1989, Hauser y Menet contrató con el PSOE propaganda electo ral por 412 millones, pero sólo cobró 248. Paralelamente, Filesa pagó a Hauser y Menet 164 millones, justo la diferencia entre ambas cantidades.

José Ramón Lorenzo negó, sin embargo, cualquier relación entre ambas facturas, aunque no pudo dar el más mínimo indicio del trabajo realizado para Filesa y aseguró que tanto las muestras como el presupuesto previo o el albarán que certifica la entrega se destruían. Ni siquiera supo precisar qué persona de Filesa hizo el pedido ni si se estudió su solvencia antes aceptar un encargo multimillonario.

Ante las ostentosas muestras de incredulidad de los diputados, Lorenzo manifestó: "Si nos ponemos en la posición del año 1994, incluso yo puedo tener muchas sospechas. ( ... ) Yo no sé si en los productos encargados por Filesa salía la foto de Felipe González. ( ... ) Nada me gustaría más que demostrarlo, para bien o para mal de quien fuese. Sólo me interesa aclarar mis responsabilidades, no las de terceros. Yo no pertenezco al PSOE". La mayoría de los comisionados no le creyeron. Tampoco el juez, que le ha acusado de falsedad en documento mercantil.

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Más convincente se mostró el senador Josep Maria Sala, quien reiteró que su única relación fue la compra, por 200 pesetas, de la mitad de las acciones de Time Export en julio de 1987 y su venta a Filesa, por el mismo precio, 16 meses después. Su propósito, según dijo, era aprovechar un céntrico local que tenía arrendado Time Export por 30.000 pesetas en Barcelona para instalar allí una fundación próxima a los socialistas, pero no fue posible al amenazar el propietario con desalojar a los inquilinos aprovechando el cambio de uso.

"No conocí ninguna actividad de la empresa, ni participé en su dirección, gestión, ni administración", dijo Sala, tras subrayar que mantiene la misma versión desde el primer día y que, después de que Barbero haya tomado testimonio a 79 personas y el sumario ocupe ya casi medio millón de folios, "no ha aparecido ni un solo elemento que me contradiga".

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