Cartas al director

¿Qué conductor habitual no ha debido soportar alguna vez la intimidación de alguno de los monstruos de la EMT?

Escribo esto como réplica a las dos cartas enviadas por defensores de los conductores de autobuses urbanos (EL PAÍS, 15 de octubre).Basándome en mi propia experiencia diaria a bordo de un dos caballos, afirmo que el señor Lafora ha sabido ejemplificar perfectamente la arrogancia de la parte de ese colectivo volanteril que, despreocupadamente escudada en su enorme coraza de chapa y pintura, no duda en avasallar a los inferiores en tamaño, especialmente mediante la invasión del carril ajeno. Seguramente, esa misma es la parte que nunca cede el camino cuando alguien intenta incorporarse al carril...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Escribo esto como réplica a las dos cartas enviadas por defensores de los conductores de autobuses urbanos (EL PAÍS, 15 de octubre).Basándome en mi propia experiencia diaria a bordo de un dos caballos, afirmo que el señor Lafora ha sabido ejemplificar perfectamente la arrogancia de la parte de ese colectivo volanteril que, despreocupadamente escudada en su enorme coraza de chapa y pintura, no duda en avasallar a los inferiores en tamaño, especialmente mediante la invasión del carril ajeno. Seguramente, esa misma es la parte que nunca cede el camino cuando alguien intenta incorporarse al carril por el que circula al volante de su mastodonte.

Por ello manifiesto mi total apoyo al señor Lafora y mi solidaridad con su amigo Nacho, víctima de uno de esos conductores abusones.

Quizá si escribieran más vendavales intelectuales del estilo de los artículos del señor Lafora algunas personas llegarían a saber reírse de sí mismas y reconocer sus pecados.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En