Cartas al director

Discriminación municipal

Muchos hemos visto cómo se estrangula la circulación por la noche en la Castellana en las proximidades de conocidos bares, terrazas y discotecas, con coches en segunda y tercera fila. A veces parece como si la Policía Municipal lo tolerase, y en algunos casos presuntamente en connivencia con el propietario del establecimiento. Gobernar es transigir, decía Antonio Maura. Hay que dar facilidades al personal para divertirse.Estas mismas facilidades no se le dan para comprar libros.

El viernes 7, hacia las ocho de la tarde en el paseo de Recoletos, en la zona donde está la Feria del Libro A...

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Muchos hemos visto cómo se estrangula la circulación por la noche en la Castellana en las proximidades de conocidos bares, terrazas y discotecas, con coches en segunda y tercera fila. A veces parece como si la Policía Municipal lo tolerase, y en algunos casos presuntamente en connivencia con el propietario del establecimiento. Gobernar es transigir, decía Antonio Maura. Hay que dar facilidades al personal para divertirse.Estas mismas facilidades no se le dan para comprar libros.

El viernes 7, hacia las ocho de la tarde en el paseo de Recoletos, en la zona donde está la Feria del Libro Antiguo, dos o tres grúas, he dicho dos o tres, en un tramo de no más de 100 metros se afanaban con celo en retirar coches aparcados en sitio prohibido, desde luego, pero en primera fila y sin perturbar mayormente la circulación.

Clara discriminación municipal. ¿Alergia municipal a la lectura? ¡Qué diría la concejal de Cultura, Esperanza Aguirre!.

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