Los familiares cavan las tumbas por la falta de enterradores

En Prádena del Rincón (110 habitantes) nunca ha habido enterradores. Cuando un vecino fallece, sus familiares o amigos tienen que ir al cementerio a cavar la sepultura antes de ser enterrado. "Es algo muy duro, porque nadie tiene fuerzas para cavar la tumba de un familiar muerto pocas horas antes. Es una situación esperpéntica", reconoce el alcalde, Juan García, del PP.Además, como en este cementerio no queda ya sitio, los familiares tienen que hacer también de inhumadores. "Levantan el cuerpo de la tumba más antigua en ese momento. Así se hace hueco al nuevo fallecido", comenta.

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En Prádena del Rincón (110 habitantes) nunca ha habido enterradores. Cuando un vecino fallece, sus familiares o amigos tienen que ir al cementerio a cavar la sepultura antes de ser enterrado. "Es algo muy duro, porque nadie tiene fuerzas para cavar la tumba de un familiar muerto pocas horas antes. Es una situación esperpéntica", reconoce el alcalde, Juan García, del PP.Además, como en este cementerio no queda ya sitio, los familiares tienen que hacer también de inhumadores. "Levantan el cuerpo de la tumba más antigua en ese momento. Así se hace hueco al nuevo fallecido", comenta.

García González asegura que estas curiosas situaciones se repiten en varios pequeños municipios de la sierra norte. Los alcaldes de la zona estudian la posibilidad de contratar conjuntamente un coche funerario y los servicios de un enterrador. "En 1994 , no se pueden permitir situaciones como éstas", termina.

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