Los 'okupas' mas veteranos sufren su tercer desalojo en cinco meses

Tres desalojos en cinco meses. Los okupas más veteranos de la ciudad llevan un año negro. Ayer por la mañana la policía les echó, por orden judicial, de dos naves industriales en la calle Bernardino Obregón, 15 y 17 (Arganzuela), que tomaron a mediados de julio. El edificio no lo usaban como vivienda, sino como centro social con talleres y conciertos. Cuando llegaron los antidisturbios, en el inmueble, que Galerías Preciados disfruta con una renta antigua desde hace dos décadas, sólo se encontraba un okupa.

Desde mayo, estos okupas han sido expulsados de otros dos edificios próxi...

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Tres desalojos en cinco meses. Los okupas más veteranos de la ciudad llevan un año negro. Ayer por la mañana la policía les echó, por orden judicial, de dos naves industriales en la calle Bernardino Obregón, 15 y 17 (Arganzuela), que tomaron a mediados de julio. El edificio no lo usaban como vivienda, sino como centro social con talleres y conciertos. Cuando llegaron los antidisturbios, en el inmueble, que Galerías Preciados disfruta con una renta antigua desde hace dos décadas, sólo se encontraba un okupa.

Desde mayo, estos okupas han sido expulsados de otros dos edificios próximos: la imprenta Minuesa, en la ronda de Toledo, 24, y la fábrica Pacisa, en la ronda de Atocha, 35.Ayer, los escolares del colegio San Saturio presenciaron un espectáculo inesperado. Según estos estudiantes, hacia las 9.30 cerca de medio centenar de policías llegaron junto al Centro Social Autogestionario Intifada, un edificio okupado contiguo al centro escolar. Pero el despliegue fue en vano, Dentro del recinto sólo había un muchacho que abandonó el local nada más verlos.

Horas después, algunos de los jóvenes que regentaban el recinto permanecían apostados a su alrededor para recuperar los materiales que han quedado dentro. Entre ellos, una pista de monopatín denominada half pipe, que construían en el interior, y los útiles del taller de fotografía, del comedor y del bar. La empresa de seguridad que custodia el recinto aseguró que les permitiría recuperar sus bienes.

En el edificio no vivía nadie de forma fija; en él se celebraban conciertos, talleres de malabares, teatro, cerámica, fotografía y pintura y reuniones de grupos de insumisos y de la izquierda radical. Había también un bar y un comedor.

La mayoría de los talleres y actos ya se celebraban en Minuesa, la imprenta de la ronda de Toledo, donde permanecieron durante seis años hasta su violento y espectacular desalojo el pasado 18 de mayo, y en Pacisa, la singular e inutilizada fábrica de bollos e instrumentos científicos propiedad del Ministerio de Cultura, donde sólo duraron un mes.

El centro Intifada sólo tenía tres meses de vida, en los cuales el principal cometido fue adecentar el abandonado recinto. "Pero para el poco tiempo que llevaba abierto era uno de los centros que mejor funcionaba, había buen ambiente y se hacían cosas guapas", aseguraban ayer algunos de los jóvenes que participaban en las actividades.

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Un portavoz de Galerías Preciados asegura que hasta la okupación se utilizaba esta finca como almacén. Pero, sin embargo, los vecinos comentan que desde hace diez años está en desuso.

Juicio

Por otro lado, ocho jóvenes componentes del grupo de okupas que en julio entró en la antigua fábrica de galletas de Pacisa serán juzgados hoy acusados de coacción, informa . Según fuentes judiciales, la denuncia fue formulada por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), propietario del inmueble, después de que los okupas impidieran la entrada a tres funcionarios de este organismo.

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