Editorial:

KohI, debilitado pero vencedor

LOS RESULTADOS eran aún provisionales, pero pocos minutos después de cerrarse ayer los colegios electorales -diligencia alemana- estaba claro un hecho: el ganador de las elecciones generales de la Alemania reunificada se llama, una vez más, Helmut Kohl. Trece años después de llegar al poder, el canciller federal alemán ha ganado por cuarta vez consecutiva las elecciones. Por poco y no sin sobresaltos. La mayoría de la coalición de democristianos y liberales será muy exigua, podría ser que de tan sólo uno o dos escaños en el Bundestag. Y tendrá que gobernar. en contra de una sólida mayoría soci...

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LOS RESULTADOS eran aún provisionales, pero pocos minutos después de cerrarse ayer los colegios electorales -diligencia alemana- estaba claro un hecho: el ganador de las elecciones generales de la Alemania reunificada se llama, una vez más, Helmut Kohl. Trece años después de llegar al poder, el canciller federal alemán ha ganado por cuarta vez consecutiva las elecciones. Por poco y no sin sobresaltos. La mayoría de la coalición de democristianos y liberales será muy exigua, podría ser que de tan sólo uno o dos escaños en el Bundestag. Y tendrá que gobernar. en contra de una sólida mayoría socialdemócrata en la segunda Cámara, el Bundesrat.Pero Kohl, satisfecho con unos resultados que suponen, sin duda, un éxito personal, ya anunció anoche que está dispuesto a renovar esta coalición pese a las dificultades que va a encontrar.. Toda la oposición se ha visto claramente reforzada, pero seguirá siéndolo, salvo en el muy improbable caso de que la CDU optara finalmente por ofrecer a los socialdemócratas la apertura de negociaciones para una gran coalición a fin de contar con una amplia mayoría en el Bundestag.

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La Unión Democrática Cristiana (CDU-CSU) logró casi el 42% de los sufragios y tiene la oportunidad de renovar su coalición gubernamental con el Partido Liberal (FDP) (6,9%), que volvió a demostrar que en las elecciones federales recupera a votantes que pierde en otros comicios.

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El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ha obtenido con más de tres puntos el mayor incremento de votos desde la era dorada de Willy Brandt. Pero también ha vuelto a comprobar que aún no tiene un candidato capaz de batir a este peso pesado de la política que es el canciller Kohl. Rudolf Scharping ha recibido durante la campaña el apoyo de sus rivales dentro del partido, Oskar Lafontaine y Manfred Schroeder, en una manifestación de unidad muy poco frecuente entre los socialdemócratas alemanes desde que cayó el Gobierno de Helmut Schmidt. No ha sido suficiente frente al incombustible Kohl. Aunque aumenta su presencia en unos diez escaños, queda, con el 37,2%, a casi cinco puntos de la CDU.

Los Verdes, el aliado potencial de los socialdemócratas para una hipotética coalición de izquierdas, lo graron en torno al 6,5%, un buen resultado que les permite acceder al Bundestag. También accede el PDS, el heredero del partido comunista de la RDA, con considerable implantación en el Este. Este hecho ha dejado a la coalición liderada por Kohl con una muy corta mayoría. Pese a ello, el triunfo del canciller, es innegable. Los mensajes optimistas de Scharping por el considerable crecimiento del voto socialdemócrata no podían ayer ocultar que el objetivo de arre batarle el poder a Kohl queda pospuesto a 1998.

Sólo hay que recordar que hace apenas ocho meses, el SPD aparecía en todos los sondeos con una mayoría de hasta el 53%; la CDU, con poco más del 30%, y el canciller Kohl, hundido en sus cotas más bajas de popularidad personal desde que accedió a la cancillería. Pero la ya muy perceptible mejoría de la economía alemana, la lenta pero clara salida de las regiones orientales de la crisis y los efectos de su reestructuración y una impresionante campaña electoral de Kohl parecen haber sido las claves de una recuperación en la que sólo el canciller parecía creer.

Estos resultados garantizan una continuidad de la política internacional alemana, que en realidad no era cuestionada. El partido socialdemócrata recupera un peso que no tenía desde la caída de Schmidt. Podrá hacer una firme oposición en el Bundestag con Los Verdes, aunque previsiblemente marque unas distan cias claras respecto al otro partido de la oposición, el ex comunista PDS. Y en la Cámara alta o territorial cuenta ya con un poder efectivo de veto para la labor legislativa del Gobierno. Kohl es el vencedor. Podrá gobernar con los liberales sin los socialdemócratas, pero por primera vez desde que llegó al poder no podrá gobernar contra el SPD.

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