CITA CON LAS URNAS EN ALEMANIA

Los nietos de Brandt buscan una oportunidad

El candidato del SPD redobla sus ataques contra el canciller Kohl en la recta final de la campaña

MIGUEL Á. VILLENA, ENVIADO ESPECIAL

Se define como un corredor de fondo y esta cualidad le va a hacer buena falta porque todas las encuestas lo sitúan como perdedor. El candidato socialdemócrata (SPD) Rudolf Scharping, de 46 años, intensificó el jueves por la noche sus ataques contra el canciller democristiano Helmut Kohl en su último intento por atraer a los electores indecisos. Tímido pero enérgico, con un discurso entre la socialdemocracia clásica y los movimientos civiles, con aire de profesor despistado, Scharping enardeció a 2.000 seguidores en Wiesbaden, la capital del ri...

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MIGUEL Á. VILLENA, ENVIADO ESPECIAL

Se define como un corredor de fondo y esta cualidad le va a hacer buena falta porque todas las encuestas lo sitúan como perdedor. El candidato socialdemócrata (SPD) Rudolf Scharping, de 46 años, intensificó el jueves por la noche sus ataques contra el canciller democristiano Helmut Kohl en su último intento por atraer a los electores indecisos. Tímido pero enérgico, con un discurso entre la socialdemocracia clásica y los movimientos civiles, con aire de profesor despistado, Scharping enardeció a 2.000 seguidores en Wiesbaden, la capital del rico Estado de Hessen y uno de los feudos del SPD.

Comenzó su mitin en el precioso casino de Wiesbaden con alusiones a Martin Lutero King y cerró una intervención didáctica y sin papeles con versos del poeta comunista Bertold Brecht. Tres generaciones de socialdemócratas, que no ostentan el poder en Bonn desde 1982, se dieron cita en el acto electoral de Scharping. Allí estaban desde los contemporáneos de Brandt hasta melenudos roqueros pasando por los ejecutivos de chaqueta, corbata y vaqueros. Para todos ellos la figura de Brandt, el excanciller más admirado incluso por la juventud alemana, significa un indiscutible punto de referencia.

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"Quedan pocas horas para terminar con los 12 años de gobierno de Helmut Kohl", gritó Scharping a unos fieles que necesitan creer en el lema de la campaña del SPD: Cambio de canciller. Poco a poco, Scharping desgranó los ejes de una política de izquierdas moderada y se detuvo en la creación de empleo, en las ayudas sociales que los democristianos pretenden eliminar, en la protección del medio ambiente y en la renuncia a la energía nuclear. Entre punto y punto de su programa, el candidato socialdemócrata no escatimó chistes sobre Kohl. "El canciller se basta a sí mismo. Está contento de haberse conocido, ancho y autosatisfecho. Pero Kohl no es suficiente para Alemania", exclamó.

La trágica historia que está siempre presente en la sociedad alemana también fue abordada por el líder del SPD, quien negó que vaya a aceptar el apoyo de los ex comunistas del PDS para gobernar en Bonn. Scharping emplazó también a los alemanes a combatir el racismo en la calle, en la oficina, en los bares y en las escuelas. Sin himnos, Scharping saludó al auditorio sobre el que casi planeaba la certeza de una nueva derrota. El orgullo por la reunificación y la recuperación económica van a llenar previsiblemente las urnas de votos para Kohl. Los nietos de Brandt tendrán que esperar.

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