Cartas al director

Cuestión de enfoques

Soy un estudiante mexicano residente en Madrid, y, como es natural, sigo con interés las noticias sobre mi patria. Sin embargo, desde hace ocho meses he visto con cierto estupor el empeño muchas veces sensacionalista que se tiene hacia lo latino, convertido frecuentemente en sinónimo de corrupción, narcotráfico y pobreza; como si esa hermosa parte de América fuese un espejo retorcido y representase únicamente la parte incómoda de lo que Europa "no debe ser".Para nadie es un secreto que al Primer Mundo le gusta afirmar su imagen mediante la proyección exógena de lo otro, de lo irreconocible; es...

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Soy un estudiante mexicano residente en Madrid, y, como es natural, sigo con interés las noticias sobre mi patria. Sin embargo, desde hace ocho meses he visto con cierto estupor el empeño muchas veces sensacionalista que se tiene hacia lo latino, convertido frecuentemente en sinónimo de corrupción, narcotráfico y pobreza; como si esa hermosa parte de América fuese un espejo retorcido y representase únicamente la parte incómoda de lo que Europa "no debe ser".Para nadie es un secreto que al Primer Mundo le gusta afirmar su imagen mediante la proyección exógena de lo otro, de lo irreconocible; es decir, del Tercer Mundo, y si hay un Cuarto Mundo, mejor. Pero esta imagen también se transforma según la varita mágica del consumidor. En carteles publicitarios y anuncios turísticos no hay repulsa, todo es precioso. Da la impresión de que en vez de buscar información se encuentra lo que se busca de antemano. Ésa no es precisamente la actitud de una información seria y responsable. Para muestra, un botón: el pasado día 10 de septiembre apareció en EL PMS un artículo titulado Dos décadas de control han reducido a la mitad la tasa de natalidad mexicana. El artículo se supone que engloba a todo el país, incluida su compleja diversidad, desde Tijuana hasta Mérida. Sin embargo, a un lado aparece una fotografía de dos mujeres chamulas llorosas, que regresan a sus casas después de haber sido expulsadas en agosto, tras la revuelta de Chiapas.

Al terminar de leer el artículo, mi esposa y yo coincidimos en la misma pregunta: ¿qué diablos tiene que ver la fotografía con el artículo?, ¿por qué cada vez que aparece una nota sobre México ésta va acompañada de un indígena in fraganti, con todos los atributos más elocuentes de dolor y pobreza? Otras veces el recurso exhibición es el folclor; no importa, la impresión es siempre la misma: un país de más de 80 millones de habitantes, la gran mayoría resultado de un profundo mestizaje iniciado a partir de 1519, sólo es visto a través de sus llagas mediante el burdo fuselaje del estigma y la generalización. Por supuesto, cada país es libre de opinión y se reserva sus derechos para abrir la ventana de otros, pero creo que esa forma de exhibir sobre todo al indígena no es la mejor manera de solidarizarse con ellos.-

Madrid.

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