Cuidado con los antibióticos y la comida

Las vacunaciones obligatorias casi han acabado con las epidemias de sarampión o paperas que tradicionalmente sacudían las clases infantiles. Las enfermedades contagiosas que pueden encontrar en el aula un caldo de cultivo son sobre todo las infecciones respiratorias y las complicaciones a que pueden dar lugar. Estos son algunos consejos ante los trastornos más frecuentes:Catarros y enfriamientos. No hay que recurrir de entrada al antibiótico, aunque el niño tenga fiebre. Un antitérmico (si llega a 380 de fiebre), tomar líquidos para evitar una posible deshidratación y suero fisio...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las vacunaciones obligatorias casi han acabado con las epidemias de sarampión o paperas que tradicionalmente sacudían las clases infantiles. Las enfermedades contagiosas que pueden encontrar en el aula un caldo de cultivo son sobre todo las infecciones respiratorias y las complicaciones a que pueden dar lugar. Estos son algunos consejos ante los trastornos más frecuentes:Catarros y enfriamientos. No hay que recurrir de entrada al antibiótico, aunque el niño tenga fiebre. Un antitérmico (si llega a 380 de fiebre), tomar líquidos para evitar una posible deshidratación y suero fisiológico en la nariz bastan. Si los síntomas se agravan hay que acudir al médico. El abuso de antibióticos disminuye las defensas y puede encadenar nuevas infecciones más resistentes. Conviene no abrigar excesivamente al niño siempre que no esté acatarrado.

Más información

Dolor abdominal o de cabeza. Descartada una causa orgánica, hay que hablar con el chaval para ver qué problemas tiene y tener mano izquierda, pero no dejarle sistemáticamente en casa si no quiere ir al colegio.

Estreñimiento. Es otra causa del dolor de tripa por el madrugón y las prisas. Una alimentación rica en frutas y verduras y beber agua a media mañana ayudan a regular de nuevo el intestino.

Piojos. Compartir colchonetas de deporte es una de las vías clásicas de contagio. Van de cabeza a cabeza y los especialistas siguen sin saber por qué siguen existiendo en una sociedad con un buen nivel de higiene personal. Las liendres (los huevos que depositan) son terriblemente resistentes. La solución es una loción a base de piretrinas, tanto si han aparecido como de forma preventiva, y extremar la higiene. En la actualidad, no se puede excluir a un chaval de clase por tener piojos.

Varicela. Es de las pocas enfermedades que no están en el calendario obligatorio de vacunación. Al ser asintomática en su periodo de incubación (dos o tres semanas) es difícil evitar que los pequeños se contagien unos a otros. Conviene asegurarse de que la enfermedad ha pasado por completo antes de enviar al niño de vuelta a clase porque si está débil puede tardar en recuperarse.

Archivado En