Leganés da el nombre de una plaza a un pueblo desaparecido

Una plaza de Leganés (176.000 habitantes, ha hecho que el nombre de Talavera la Vieja vuelva a denominar una zona habitada después de 31 años. El pueblo cacereño de ese nombre desapareció anegado por las aguas del pantano de Valdecañas y sus habitantes tuvieron que iniciar una forzosa diáspora que llevó a un centenar de talaverinos hasta Leganés. Ayer hicieron una fiesta para bautizar la plaza, leyeron poesías, bailaron pasodobles, se saludaron como si se vieran todos los días en las calles de su pueblo aunque tampoco faltaron las lágrimas.Uno de los talaverinos emigrados a Leganés es Fernando...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una plaza de Leganés (176.000 habitantes, ha hecho que el nombre de Talavera la Vieja vuelva a denominar una zona habitada después de 31 años. El pueblo cacereño de ese nombre desapareció anegado por las aguas del pantano de Valdecañas y sus habitantes tuvieron que iniciar una forzosa diáspora que llevó a un centenar de talaverinos hasta Leganés. Ayer hicieron una fiesta para bautizar la plaza, leyeron poesías, bailaron pasodobles, se saludaron como si se vieran todos los días en las calles de su pueblo aunque tampoco faltaron las lágrimas.Uno de los talaverinos emigrados a Leganés es Fernando Jiménez, jefe de la Policía Local, quien recuerda esos años como "una mala pasada". "No se actuó bien pero en aquellos momentos no se podía protestar, no es lo mismo irse de motu propio que que te echen", añadió.

Los muertos bajo el agua

La decisión de construir el pantano destinado a obtener energía eléctrica aún no ha sido perdonada y casi todos los talaverinos coinciden en señalar que si el proyecto lo hubieran planteado en estos momentos "lo hubieran pasado peor que en Riaño". Etelvina no ha logrado superar que no se trasladasen los cuerpos del cementerio. "Tengo alla mis abuelos, a mi madre y a mi primer hijo, ahogados después de enterrados".Talavera la Vieja era en 1963 un pueblo próspero con 2.000 vecinos que se dedicaban a cosechar tabaco, algodón y pimiento. Al ser anegado, el 80% de sus habitantes se quedaron en cinco pedanías construidas al efecto y dependientes de la localidad de Talayuela. Hace seis meses uno de ellos, Rosalejo, consiguió la independencia. Su alcalde, Guillermo Vialás, nacido también en Talavera la Vieja, asistió ayer con 60 paisanos al bautizo de la plaza de Leganés.

De Talavera la Vieja sólo se salvó una columnata romana trasladada piedra a piedra a la localidad vecina de Bohonal de Ibor y tres cuadros de El Greco que ha recuperado, la Junta de Extremadura para exponerlos en el monasterio de Guadalupe. Para la plaza de Leganés, los talaverinos han trasladado una piedra romana que han conseguido rescatar de una finca cercana al pantano. Los talaverinos presumen de la antigüedad de su pueblo y recuerdan que la villa se remontaba a la época romana. Su pueblo en esos momento era conocido como Augustóbriga.

El Ayuntamiento de Leganés aprobó conceder el nombre a la plaza el pasado 20 de junio y ha elegido la continuación de la calle de Extremadura en el barrio de San Nicasio. Uno de los talaverinos emigrados a Leganés mostraba su alegría con un poema en el que, además de destacar la hermandad con. los pepineros manifestaba "y tú callejero / con amor ardiente, depuro y sincero, parió nuevamente / y plaza pariste / que no una calleja".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En