El cura de Camarma desafía al obispado arropado por su pueblo

La iglesia de San Pedro de Camarma de Esteruelas (1.800 habitantes) se convirtió anoche en la sede de una asamblea popular celebrada para ratificar en su puesto a don Ángel, cura del pueblo, en contra de la decisión adoptada por el obispo de Alcalá, Manuel Ureña, que la pasada semana le conminaba a abandonar la parroquia. El plazo cumplía ayer.Anoche, el aire podía cortarse debido a la tensión que se respiraba en el interior de la iglesia, en la que se dieron cita más de 500 vecinos. Allí se escucharon gritos, insultos, aplausos y abucheos para los seguidores y detractores de don Ángel....

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La iglesia de San Pedro de Camarma de Esteruelas (1.800 habitantes) se convirtió anoche en la sede de una asamblea popular celebrada para ratificar en su puesto a don Ángel, cura del pueblo, en contra de la decisión adoptada por el obispo de Alcalá, Manuel Ureña, que la pasada semana le conminaba a abandonar la parroquia. El plazo cumplía ayer.Anoche, el aire podía cortarse debido a la tensión que se respiraba en el interior de la iglesia, en la que se dieron cita más de 500 vecinos. Allí se escucharon gritos, insultos, aplausos y abucheos para los seguidores y detractores de don Ángel. Incluso uno de sus fieles se avalanzó sobre un fotógrafo de prensa arrebatándole el carrete. El momento más tenso se produjo cuando Rafael, primo del cura, trató de culpar de todo lo sucedido a la corporación municipal.

La reunión celebrada ayer después de la misa de ocho fue convocada por el cura horas antes, desde su vehículo equipado con altavoces recorriendo las calles del pueblo. Por la mañana la corporación municipal, ante la inusitada escalada de la tensión que estaba propiciando enfrentamientos entre los vecinos e incluso encierros en la propia iglesia emitió un comunicado en el que primero se alababa la reacción del pueblo ante "lo que considera una injusticia", en referencia a la decisión del obispado.

A su vez exigía la aclaración de varios puntos, entre otros el por qué se produjo la dimisión de don Ángel Martín como responsable de Cáritas o que se justificase por qué los propietarios de un campamento al que acudieron los niños de Camarma reclaman 800.000 pesetas, así como una empresa de autobuses otras 500.000 pesetas que aún están sin abonar.

El obispado de Alcalá mantiene, por su parte, firme la postura de que el cura abandone el puesto en el que lleva nueve años. Transcurrido este tiempo es necesario que los sacerdotes se trasladen en favor a otras comunidades, según Juan Sánchez, vicario general de Alcalá.

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