Cartas al director

Prisma dominicano

Somos conocedores de la presión que ejercían los racistas y xenófobos en los meses anteriores al asesinato de Lucrecia sobre el concejal Luis Molina para que acabara con nosotros, los dominicanos.Se trata de una acción coordinada junto con las notas de prensa destacando nuestra delincuencia, nuestra mafia, nuestra drogadicción; hablando de nuestras madres, nuestras esposas, hermanas e hijas prostitutas; eran de lectura diaria.

El grado de desamparo, de impotencia, de indefensión en que se encontraba la colonia dominicana era total. El abuso de poder, denigrante. El acoso y la humillació...

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Somos conocedores de la presión que ejercían los racistas y xenófobos en los meses anteriores al asesinato de Lucrecia sobre el concejal Luis Molina para que acabara con nosotros, los dominicanos.Se trata de una acción coordinada junto con las notas de prensa destacando nuestra delincuencia, nuestra mafia, nuestra drogadicción; hablando de nuestras madres, nuestras esposas, hermanas e hijas prostitutas; eran de lectura diaria.

El grado de desamparo, de impotencia, de indefensión en que se encontraba la colonia dominicana era total. El abuso de poder, denigrante. El acoso y la humillación, constantes. Mientras nuestros errores eran magnificados, nuestros aciertos eran apocados; mientras nuestros defectos eran exhibidos, nuestras virtudes eran opacadas.

Los vecinos de Aravaca empezaron a tomar partido. A muchos no les gustábamos, pero no querían ser cómplices del atropello. Ascendió el espiral de violencia hasta el asesinato de Lucrecia, y los vecinos de Aravaca se desmarcaron de la cuadrilla de violentos, racistas y xenófobos y se alinearon con los justos, benévolos y tolerantes y gritaron: déjenlos vivir. El concejal se alineó con éstos y se sintió con el deber de tratar a los dominicanos legalizados, trabajadores honrados, como se merecían, como lo hace la mayor parte de la población de Aravaca que no quiere ser llamada racista.

Los enemigos del concejal, que desprecian la voz de la mayoría, que desprecian a los votantes, es porque esperan aún llegar al poder por vías no democráticas y ejercerlo autocrática y despóticamente.

Los enemigos del concejal le critican que se una a las actividades del pueblo, quieren que aplique las leyes sectorialmente, que responda a los caprichos de un grupúsculo sin fuerza moral ni política para influir positivamente en la vida de Aravaca.

Las actividades culturales que realiza la población de Aravaca amiga de los dominicanos son más humanas y populares que las que no pueden realizar nuestros enemigos por falta de público, y el concejal con instinto político se acerca al pueblo y gobierna para todos.

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Sólo sirven las leyes en mano de los justos.-

Asociación Cultural de los Dominicanos en España Juan Pablo Duarte.

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