Las cuentas del 'Alejandra'

Mario Conde pagaba el mantenimiento de su yate a través de cuentas corrientes de Banesto

¿Quien diablos desea hoy día un yate de 58 metros y 25 criados? Estos gustos tenían que ver con el dinero cuando el dinero era el único medio para conseguir una identidad, de modo que era necesario gastar cada vez más para tener una identidad cada vez más fuerte", respondió Truman Capote en una entrevista de Nancy Collins publicada en la revista Playboy el 27 de diciembre de 1980. El escritor norteamericano que retrató a los ricos de su país con inimitable corrosión quizá era un profeta en su tierra. En España, algunos ricos aún disfrutan con exhibirse a bordo de un yate de 41,34 metros...

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¿Quien diablos desea hoy día un yate de 58 metros y 25 criados? Estos gustos tenían que ver con el dinero cuando el dinero era el único medio para conseguir una identidad, de modo que era necesario gastar cada vez más para tener una identidad cada vez más fuerte", respondió Truman Capote en una entrevista de Nancy Collins publicada en la revista Playboy el 27 de diciembre de 1980. El escritor norteamericano que retrató a los ricos de su país con inimitable corrosión quizá era un profeta en su tierra. En España, algunos ricos aún disfrutan con exhibirse a bordo de un yate de 41,34 metros. Es exactamente lo que mide la eslora total del Alejandra, el yate de Mario Conde, el que fuera presidente de Banesto hasta que fue destituido por las autoridades monetarias el 28 de diciembre de 1993.Conde y sus amigos hundieron el banco, pero él se ha mantenido a flote con su barco. En la segunda quincena de julio pasado, por ejemplo, salió con su familia para hacer una de sus clásicas travesías. El 22 atracó el Alejandra en el porticciolo de Marina Grande, en la isla de Capri, y subió a la piazzeta Umberto I a cenar y tomar café, sentado a la vera de la torre dell'Orologio. A la mañana siguiente, zarpó rumbo a la costa más bella de Italia, la que va de Sorrento a Salerno, la célebre Costa Amalfitana, situada entre los golfos de Nápoles y de Salerno. Conde se dirigió, más precisamente, a Positano.

A principios de marzo pasado, el ex presidente hizo algunas gestiones para poner a la venta el Alejandra, según trascendió en el mercado de compraventa de yates. Por esas fechas, los administradores provisionales de Banesto tuvieron noticia de la llegada de algunas facturas a la sucursal del banco en Londres, correspondientes a servicios prestados al yate Alejandra. De inmediato, se realizó una investigación.

El 8 de marzo de 1994, Alfredo Sáenz tuvo un informe en sus manos sobre la cobertura de gastos del Alejandra. Unas semanas después, el subdirector general de servicios, José Manuel Fraile, que ejercía dicho cargo durante la administración destituida, explicó, después de mantener conversaciones con el director de la zona de Baleares de Banesto, Manuel Crespo Marín, el funcionamiento de los pagos del Alejandra.

En el banco existía una cuenta en pesetas convertibles a nombre de la sociedad Tasha Marine Ltd. "Los saldos deudores de la cuenta en pesetas convertibles de la sociedad de referencia se comunicaban al anterior subdirector general de Servicios, José Antonio Junco, quien llevaba personalmente el seguimiento de los saldos de esa cuenta y quien, al parecer, informaba de la situación a la anterior presidencia [Mario Conde]", explicó Fraile. "Los saldos deudores eran cubiertos mediante ingresos en la cuenta de la sociedad, realizados en Palma de Mallorca por Stephen M. Mclaren [patrón del Alejandra], persona autorizada en la cuenta", añadió.

El 17 de marzo de 1994 tuvo lugar, según las investigaciones, una transferencia por un importe total de 28 millones de pesetas convertibles desde el Barclays Bank de Londres a favor de Tasha Marine Ltd. La orden emanaba de GMT Marine Ltd. Se hacía frente de este modo a un descubierto de 25.877.174 pesetas y quedó un saldo acreedor de 2.066.826 pesetas. Tasha Marine Ltd. tenía otra cuenta en dólares cuyo saldo a 18 de marzo de 1994 era acreedor por valor de 317 dólares. Por tanto, el saldo acreedor de TM Ltd. era de 2.110.000 pesetas.

Las cuentas, lógicamente, fueron bloqueadas. Según Fraile, Tasha Marine Ltd. "disponía asimismo de una tarjeta Visa que fue entregada hace unos días [mediados de marzo] por el señor Mclaren y anulada a continuación, sin que haya posiciones pendientes".

El equipo de Sáenz quiso saber qué pagos pudieron producirse después de la intervención de Banesto, desde la oficina del banco en Londres. "Con relación a los posibles pagos", informó Fraile, "he hablado telefónicamente esta mañana [el 19 de marzo] con el director de nuestra oficina en Londres, Vicente Fernández, quien me ha informado que desde la fecha de la intervención de Banesto, para atender el pago de las facturas que presta al cobro la empresa Yath Electronics Service U.K. Ltd. (YES Ltd.) -compañía que presta los servicios de comunicaciones al barco Alejandra- a nombre de Tasha Marine. Ltd., piden autorización a Francisco Cuesta, administrador del anterior presidente de Banesto y una vez recibida dicha autorización y comprobado que existe saldo suficiente en la cuenta corriente número 273866260 de Banesto (Alcalá 14), cuyo titular es Mario Conde, adeu.dan el importe de la factura y los correspondientes gastos en dicha cuenta y proceden al pago de la misma". Los pagos realizados mediante este procedimiento fueron los siguientes: 20 de enero de 1994, 1.270, 21 libras esterlinas; 26 de enero de 1994, 702,33 libras; 14 de febrero de 1994, 362,02 libras.

La entonces administración provisional dio carpetazo al asunto, ordenando el bloqueo de las cuentas de Tasha Marine Ltd. y su posterior cancelación. La idea era muy sencilla: proteger al banco frente a nuevas facturas. Dado que el descubierto de los 25,81 millones de pesetas fue pagado por Tasha Marine Ltd. y no con cargo a Banesto, no había ninguna reclamación a realizar.

En lo que se refiere a cómo se cubrían los gastos del Alejandra en el pasado ha quedado la sombra de una duda. Como dice el informe reservado de los administradores: "Con antelación nos queda la duda de que se hiciera de igual forma y presuntamente pudieron reponerse o pagarse con orígenes B u otros. Quien lo manejaba era el señor Junco, a quien hemos intentado localizar para una explicación y hasta la fecha no lo hemos conseguido (actualmente está jubilado). Entre gastos de personal, tarifa de amarre, combustible, suministros y mantenimiento, el Alejandra exige unos 100 millones de pesetas al año".

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