Editorial:

Precios: mal, pero no tanto

LAS ESTIMACIONES de crecimiento para el segundo trimestre, cifradas en el 1% y contenidas en el último Boletín Económico del Banco de España, avalan el panorama favorable de la evolución de la economía española. No puede decirse lo mismo de las cifras del índice de precios, también conocidas ayer, aunque su desglose permite mantener la esperanza en una evolución menos negativa en los próximos meses.El aumento de un 0,4% del índice de precios al consumo (IPC) durante el mes de julio ha situado la correspondiente tasa interanual en el 4,8%, frente al 4,7% del mes anterior, alejándose no sólo de ...

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LAS ESTIMACIONES de crecimiento para el segundo trimestre, cifradas en el 1% y contenidas en el último Boletín Económico del Banco de España, avalan el panorama favorable de la evolución de la economía española. No puede decirse lo mismo de las cifras del índice de precios, también conocidas ayer, aunque su desglose permite mantener la esperanza en una evolución menos negativa en los próximos meses.El aumento de un 0,4% del índice de precios al consumo (IPC) durante el mes de julio ha situado la correspondiente tasa interanual en el 4,8%, frente al 4,7% del mes anterior, alejándose no sólo de las previsiones del Gobierno (3,5%), sino de las más verosímiles que situaban esa variación al término del año en el entorno del 4%. El análisis de las variaciones de los principales componentes de ese índice no depara, sin embargo, un cuadro tan adverso.

La principal elevación ha tenido lugar en los precios de los alimentos sin elaborar, que han crecido a un ritmo interanual del 8,5%, frente al 6,8% en que lo hicieron en junio. Excluido este capítulo y el de los precios energéticos, nos queda la denominada inflación subyacente, que aporta un claro paliativo, al descender al 4,3%, desde el 4,4% del mes anterior. Favorable es igualmente la contención de los precios de los servicios, hasta hace unos pocos meses considerado el componente más indómito de la inflación española: el 4,7% actual queda lejos del 6,8% de diciembre.

De persistir esa tendencia observada en lo úÍtimos meses, podríamos asistir a una cierta contención adicional, compatible con la continuidad de la recuperación en el ritmo de crecimiento y de reducción del paro. Esa contención quedaría distante, en todo caso, del promedio de los países de la UE, y, lo que ha de ser más vinculante, de ese núcleo más estable con. el que se llevan a cabo la mayoría de nuestros intercambios. La mejora no es esperable que se produzca en agosto, otro mes inflacionista por definición, sobre todo por el aumento del precio, de la gasolina (2,40 pesetas en dos semanas) y de las llamadas telefónicas, que se suman al encarecimiento habitual de ciertos bienes y servicios en la estación estival.

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Ese aspecto negativo se amortigua con las cifras aportadas ayer por el Banco de España sobre el crecimiento económico. Es el cuarto trimestre consecutivo que registra crecimiento respecto al anterior. Las principales causas siguen siendo el comercio exterior y los servicios, pero ya se perciben síntomas de despegue de la demanda industrial. Otro dato destacable es que el ahorro familiar se ha frenado y las familias empiezan a volver a consumir, lo que es bueno para la economía.

En cualquier caso, el adelanto de la previsión del banco emisor es más moderado que los estimados por distintos analistas, que sitúan el crecimiento actual por encima del 1,5% e, incluso, cercano al 2%. De hecho, el Banco de España anunció un 0,5% para el primer trimestre, y la realidad ha sido el 0,8%.

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